Compromís ha vuelto a dar hoy un tirón de orejas a sus principales socios de Gobierno. De nuevo, el Mercado Central ha levantado la polémica en la junta de gobierno local. Los de Mireia Mollà han reclamado al PSOE mayor transparencia y conocer en el momento todos los documentos que referidos a la plaza de abastos.

Después de que la pasada semana, metieran presión a los socialistas para conocer si existe un requerimiento por parte de la Unesco sobre las repercusiones que tendría el proyecto del Mercado del PP en el los Patrimonios de la Humanidad, como el Misteri y el Palmeral, hoy han recibido la respuesta del alcalde, Carlos González: Sí existe petición y el Ayuntamiento sí que ha elaborado un informe.

Desde Compromís han reprochado a sus socios no haber tenido conocimiento hasta hoy de que esa petición entró en el Ayuntamiento a mitad de enero y les han advertido que no vuelva a ocurrir una situación similar. Les han exigido conocer al detalle la petición que ha formulado el Icomos (Comité del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), que funciona como órgano asesor de la Unesco. También les han pedido acceder al informe municipal que ha valorado la afección del Mercado Central y su aparcamiento subterráneo sobre el Misteri y la Acequia Mayor del Pantano.

Ante ello, el portavoz adjunto de la junta de gobierno, Antonio García, ha reconocido hoy en rueda de prensa que respecto al Mercado Central "no ha existido la comunicación necesaria ni fluida que hemos querido". Ha descartado que esto ocurra con otros temas, aunque esta misma semana, desde Compromís también han enmendado a sus socios por algo parecido con la gestión de Radio Jove.

La pasada semana, los de Mireia Mollà trasladaron esta petición al PSOE, pero que se quedó sin contestar en la junta de gobierno local y que el alcalde, Carlos González, dejó sobre la mesa, pendiente de responder. También metieron presión la plataforma Salvem el Mercat, de la que es integrante Compromís, para tener acceso a la documentación que ha elaborado el Consistorio ilicitano sobre las repercusiones del proyecto del edificio de abastos en el Misteri y otros elementos patrimoniales del entorno.

Precisamente, desde la agrupación advierten que han tenido constancia del requerimiento realizado por el Icomos (Comité del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), que funciona como órgano asesor de la Unesco, para recabar información a las administraciones implicadas en la protección del Patrimonio de la Humanidad. Y es que, hace justo un año, Salvem el Mercat trasladó su preocupación a este organismo por el temor a que el Mercado Central y el aparcamiento subterráneo repercutieran negativamente en el escenario del Misteri. Como ejemplos, destacaron el aumento del tráfico en Carrer Major de la Vila, donde está la Casa de La Festa y también apuntaron a las consecuencias de la circulación para la Acequia Mayor del Pantano. Estos temores fueron respaldados más tarde con un informe emitido por el Gobierno valenciano, que alertó el pasado mes de junio del impacto negativo del Mercado en el Misteri.

El documento, elaborado por el técnico inspector de patrimonio del Consell y expatrono Luis Pablo Martínez fue tajante. El ruido y la contaminación atmosférica serían «insostenibles», desde la óptica de la salvaguarda y promoción del Misteri. Ahora, después de un año desde que Salvem el Mercat tocara a la puerta de la Unesco, la plataforma ha vuelto a la carga, ya que, hasta el momento, ni el Ayuntamiento ni la Conselleria se han pronunciado al respecto. Ni una Administración ni la otra han arrojado luz sobre la existencia de nuevos informes que analicen las consecuencias del proyecto sobre el Patrimonio de la Humanidad. Con ello, han dirigido un escrito al propio conseller Vicent Marzà, al alcalde y a la presidenta del Comité Nacional de España del Icomos, Begoña Bernal.

El apremio que hizo Compromís a sus socios de Gobierno llega justo después de que hace dos semanas los de Mireia Mollà también forzaran a los socialistas a intensificar la búsqueda del acceso al refugio de la Guerra Civil debajo del inmueble de abastos, ante la presión también de los colectivos proteccionistas.