Las pruebas de detección del consumo de drogas entre los conductores ilicitanos se han intensificado en los últimos meses. De hecho, este año ya se han realizado un centenar de comprobaciones en los controles que los agentes han llevado a cabo de forma aleatoria. Casi todos los resultados arrojan una prueba positiva. Si este resultado se produce durante un control rutinario, se impone una sanción administrativa de 1.000 euros. Si la prueba se practica tras un accidente, se añade la imputación de un delito contra la seguridad vial. Los agentes trabajan mano a mano con la Fiscalía de Seguridad Vial, que opera a nivel provincial desde la Ciudad de la Justicia de Elche. Y es que, en los casos con daños y conducción bajo los efectos de las drogas, el Código Penal recoge penas de prisión para el conductor.
Un ejemplo claro es el atropello mortal de hace unos meses en Santa Pola, donde el conductor dio positivo en el consumo de cocaína, y se enfrentará a penas de prisión previsiblemente, a falta de que concluyan las diligencias del juzgado.
Los controles se están realizando de forma aleatoria, gracias a la formación recibida por los agentes, y la intención de la Unidad de Delincuencia Vial de la Policía Local de Elche es que este año se supere con creces el número de pruebas realizadas. Los controles de drogas llevan poco tiempo desarrollándose a nivel estatal. La Policía Local de Elche, en este sentido, mantiene una colaboración directa con la Dirección General de Tráfico y cada tres meses le remite un informe de actuaciones. El objetivo es que el organismo tenga todos los datos posibles para conocer el alcance del problema que supone, y el porcentaje de conductores que conducen bajo los efectos de los estupefacientes, para aplicar las campañas y sanciones que sean necesarias.
