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El color de la alegría

Las imprentas, papelerías y quioscos empiezan a vender las estampas que llenarán de distintas tonalidades el cielo de Elche durante la procesión del Domingo de Resurrección

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La aleluyas de Elche

La tradición de lanzar aleluyas el Domingo de Resurrección empezó en las iglesias. Allí, recuerda el archivero de la basílica de Santa María, Joan Castaño, se tiraban estampas desde los balcones y púlpitos para expresar la alegría por la resurrección de Jesús. Después, no se sabe muy bien cuándo, las aleluyas salieron a la calle con las procesiones, como sucede en Elche, donde cada Domingo de Resurrección el cielo se tiñe de colores al paso de la Virgen de la Asunción y del Cristo Resucitado en la Procesión de las Aleluyas.

Las primeras aleluyas de las que se tiene constancia en Elche se fecharon en el siglo XVIII. Se trata de unas pocas que encontró el historiador Pedro Ibarra en el siglo XIX, y que expertos en tipografía de València, según se recoge en la poca documentación con la que se cuenta, apunta Joan Castaño, las dataron, basándose en el estilo tipográfico, en el siglo XVIII. Este tesoro se guarda a buen recaudo en las instalaciones del Archivo Municipal ilicitano.

No obstante, la procesión del Domingo de Resurrección con la Virgen de la Asunción tiene más antiguedad registrada. Concretamente, hay constancia de un acuerdo municipal del Consell de la ciudad del siglo XVI en el que se establece la procesión con la Virgen de la Asunción. Mucho más adelante, en el siglo XX, se sumó a esta procesión la imagen de Cristo Resucitado, dejando el cortejo, más o menos, como se realiza en la actualidad.

Para que el cielo ilicitano se tiña de color, las imprentas ya han empezado a lanzar las primeras tiradas de aleluyas, que los ilicitanos ya están comprando en papelerías y quioscos.

La imprenta Segarra lleva toda la vida trabajando con estas tradicionales estampas. Su propietario, Pascual Segarra, asegura que «cada año imprimimos miles y miles de aleluyas, que se venden entre los vecinos que tienen balcones por el recorrido de la procesión». Este negocio tiene más de cien años de historia, y Pascual Segarra explica que «mi padre y mi abuelo ya imprimían aleluyas, de las que se lanzan millones cada año durante la Semana Santa».

Las aleluyas se imprimen de todos los colores y las tradicionales son las que llevan las estampas de la Virgen de la Asunción y del Cristo Resucitado. No obstante, también se elaboran con fotografías de otras imágenes y con ilustraciones como las de la artista Pepa Ferrández o las que ha diseñado este año Manuel Martínez.

Entre las novedades que acompañan este año a la Procesión de las Aleluyas está el trabajo de restauración que la Cofradía del Cristo Resucitado ha realizado al Ángel de la Anunciación. Los trabajos los ha llevado a cabo la restauradora municipal, Gemma Mira. Por otro lado, la Cofradía del Cristo Resucitado también va a recuperar este año las banderitas que antiguamente salían en las varas con las que procesionan los fieles.

Además, la Procesión de las Aleluyas contará con una sorpresa que los fieles podrán descubrir cuando las imágenes lleguen a la plaza de Baix. La intención es que el misterio no se resuelva hasta ese mismo día.

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