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En busca de una cripta oculta en el convento de La Merced

El tripartito empieza nuevas catas en la antigua sede de las Clarisas para poner en valor la iglesia gótica y comprobar la existencia de restos óseos

Las excavaciones que se están desarrollando en el local anexo al convento de La Merced. antonio amorós

A la búsqueda de una cripta en las profundidades del convento de La Merced. La iglesia tardogótica de las antiguas instalaciones de las hermanas Clarisas se ha abierto para acoger nuevas excavaciones arqueológicas. Esta vez, el presbiterio y el altar de una de las salas anexas a la abadía de las religiosas han comenzado a ser estudiadas para conocer los secretos que se esconden bajo el subsuelo.

El Ayuntamiento ha iniciado una investigación en las dependencias que originalmente fueron propiedad de las monjas de clausura y que tras la Guerra Civil fueron vendidas para obtener ingresos y poder reconstruir el resto del monasterio. Al final, acabaron convirtiéndose en una librería, y después acabaron cerrándose al público. Una nueva investigación que llega después de las catas realizadas en los últimos años y que sacaron a la luz el antiguo acceso a los Baños Árabes, en 2012.

Ahora, la mirada está puesta en una pequeña sala, donde se asentaba la primitiva iglesia gótica, tal y como recuerdan las hermanas Clarisas. Allí, en las excavaciones del año 2014, ya se pudo descubrir la existencia de una posible cripta parcialmente rellena que aguardaba incluso restos humanos aislados. Sin embargo, en 2015 las catas finalizaron en ese punto, que permaneció cerrado hasta ahora. Sobre ese terreno, se desarrollan durante las últimas semanas unos trabajos pensados para continuar con el cometido de poner el valor el convento, debido a su riqueza patrimonial, y para dotar el espacio de un uso cultural.

Por el momento, una tubería ya ha aparecido en el subsuelo de esos locales contiguos al convento, castigados por la humedad y el paso del tiempo. La degradación de los muros y de los materiales es visible en la zona, de ahí que estén en riesgo la conservación el único tramo original que aún queda del presbiterio de la iglesia originaria del convento.

Y es que, pese al paso del tiempo, todavía permanecen en su lugar restos de la policromía y los elementos decorativos originales. Por eso mismo, no solo confirmar la existencia de una cripta centra el interés de la investigación, sino también la restauración de los elementos arquitectónicos y escultóricos que aparezcan pueden estar entre los cometidos de los trabajos.

Después, tras acondicionar este espacio y poner en valor su riqueza patrimonial, el Ayuntamiento tendrá que definir el uso de esta sala y decidir si la abre al público, como ya ocurriera con otras dependencias del convento, donde se desarrollan actividades culturales, como conciertos y conferencias. Todo ello después de que las monjas de clausura se trasladaran hace ya once años a un nuevo convento situado junto a la ladera del rio Vinalopó, tras abandonar La Merced. El valor de este emblemático edificio situado en el centro de Elche está ligado con los 500 años de trayectoria que tiene la orden religiosa en la ciudad ilicitana.

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