La feria de calzado de Madrid arrancó ayer una nueva edición con más pena que gloria. La pérdida de empresas obligó a la organización del certamen a reubicar todas las marcas, unas 200, en un mismo pabellón ferial, el 4, y a olvidarse del segundo pabellón. Así el evento se veía reducido a un espacio compacto, con todos los estilos unidos en un mismo recinto. La pérdida de firmas también se tradujo en una pérdida de ambiente, que no fue todo lo bueno que se puede esperar en un primer día en la capital, según indicaban varios empresarios de la provincia presentes Madrid.

La provincia está representada por 37 empresas de calzados y bolsos. Una cifra que ha caído a mínimos desde que Ifema puso en marcha el proyecto de Momad Shoes. En la últimas ediciones la provincia ha estado representada por más de medio centenar de empresas, presentando sus novedades. Sin embargo ayer la presencia alicantina era mínima.

«Muy floja». Esta era la valoración que hacían varios empresarios y visitantes ayer en Madrid. El industrial Francisco García admitía que «esperábamos que la feria, tal y como estaba el ambiente previo, fuese floja, pero el arranque está siendo mucho peor». Una opinión similar reflejaba el empresario Antonio Vicente que decía que «en general se ve menos gente que en otras ocasiones, y la feria se ha reducido, aunque nosotros estábamos trabajando y recibiendo visitas de clientes interesados en el producto».

Nuevo rumbo

La Federación de Industrias del Calzado apuntaba que la dirección que está tomando Momad Shoes sigue los pasos de otros certámenes regionales, como el de Alemania, donde se está apostando por un único recinto compacto y expositores de menor tamaño. De esta forma, la patronal trata de hacer de la necesidad virtud, y se mostró dispuesta a seguir trabajando para convencer a las empresas a participar en Momad Shoes, pero con menos espacio expositivo para abaratar costes y que la asistencia sea más rentable.

Sobre la afluencia de visitantes el presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), José Monzonís, se mostró confiado en que la presencia de compradores sea más numerosa en la segunda jornada atendiendo a que esta vez Ifema ha registrado un incremento de más del 10% en visitantes registrados con anterioridad. «Esperamos que todos los visitantes registrados pasen durante el fin de semana», apuntaba José Monzonís, la feria abre hasta mañana, a la vez que recordaba que en la última edición de Milán, la mayoría de compradores se concentraron en una misma jornada, la primera, mientras que el resto resultó poco útil para el conjunto de empresas españolas que se trasladó a la ciudad italiana.

La falta de firmas también estaba presente en el pensamiento del director del certamen, Jaime de la Figuera, que, pese a ello, defendió que «hemos conseguido presentar una feria compacta, reubicando a todos los expositores en un mismo pabellón». Desde Ifema también confiaban en que la presencia de visitantes se anime entre hoy y mañana, para sortear el poco ambiente que se respiró ayer por los pasillos del recinto ferial.

No obstante, Ifema ya piensa en cómo remontar el vuelo en la próxima edición y tratar de captar más presencia de compradores internacionales. Durante los últimos meses ha estado negociando un aumento de la aportación del Instituto Español de Comercio Exterior ICEX, y ayer el consejero delegado del mismo, Javier Garzón, que inauguró la feria, se comprometió a duplicar los fondos que el organismo pone a disposición del programa de compradores de Ifema. Este fin de semana está previsto que pasen por la feria, con este programa, unos cuarenta compradores invitados de Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estonia, Francia, Grecia, Guatemala, Irlanda, Italia, México, Puerto Rico, Rusia y Turquía. El objetivo de Ifema es duplicar la cifra en la próxima edición de septiembre, cuando el certamen coincidirá con el textil.