No es que los vecinos quieran que el autobús se interne en las calles de la urbanización Montesol y se detenga delante de cada vivienda. Pero tampoco tener que caminar entre dos y tres kilómetros hasta la parada más cercana para coger el bus urbano, como ocurre hasta ahora. Así lo denuncian al menos un grupo de vecinos, asentados una parte en suelo de Aspe y otros en Elche, pero muchos de los cuales estudian o trabajan en la ciudad ilicitana.

Su reivindicación no es de ahora, se remonta a antes incluso de 2014, pero, en vista de que el actual equipo de gobierno está mejorando y reforzando distintas líneas del transporte público, consideran que debía reactivarse ya esta demanda. De hecho, Manoli Mula explica que solo piden que el autobús tenga parada dos rotondas más arriba, en sentido hacia Aspe. Es decir, que no se limite a llegar a la rotonda de la cerámica, sino que también lo haga en la que hay localizado un conocido bar.

Esta vecina expone que no es que reclamen al Ayuntamiento poner un vehículo más y otro conductor añadido, sino que el vehículo ya en ruta recorra unos tres kilómetros más y presté así un servicio adecuado para la urbanización Montesol.

«Hay gente que está decidida a vender la casa porque está incomunicada. Algunos dependen de los vecinos para ir y venir de Elche», apunta Manoli Mula.

Según el presidente de la comunidad de Montesol, Salvador Cotes, en este enclave puede haber perfectamente unas 100 viviendas en suelo de Elche, otras 30 en terrenos de Aspe y 70 u 80 casas en las inmediaciones de la cerámica allí situada. Unas 200 viviendas en total que dependen de la conexión urbana R-3, que es para la que se viene pidiendo que amplíe su ruta.

Conexión alternativa

Los vecinos tienen, no obstante, otra opción: utilizar la línea Elda-Santa Pola, que en este caso sí se detiene mucho más cerca del núcleo de Montesol. Sin embargo, no todo es perfecto. El problema de esta línea, según los vecinos, es que solo tiene parada en la ciudad en la zona de las Chimeneas y la estación de autobuses, por lo que la conexión con Elche está bastante limitada y, en concreto, a los alumnos que estudian en institutos de la zona alta de Carrús no les resuelve mucho su situación diaria.

Manoli Mula también recuerda que, mientras el autobús no tenga parada más arriba, cientos de personas, sobre todo estudiantes y más si cabe en invierno, tienen que caminar a oscuras, muchos con la linterna del móvil, por la vía de servicio paralela a la carretera, puesto que no hay ningún tipo de iluminación, tan solo en las rotondas. A ello, Salvador Cotes agrega que, además de la necesidad de una actualización de la ruta del bus, ven necesario que pinten al menos un paso de peatones para cruzar la calzada, que consta de cuatro carriles, cuando hay que subir al autobús procedente de Elda.

Desde el Ayuntamiento de Elche, la edil de Movilidad Urbana, Esther Díez, explica que los técnicos ya habían estudiado en su día la posibilidad de extender la línea, «pero aumentaría el tiempo de frecuencia y, por tanto, afectaría a toda la línea, a los tiempos de paso, por lo que no se contempla viable acometer la ampliación», según señala.

La concejala recuerda que, como alternativa, se llegó a un acuerdo con la empresa de transporte interurbano, que conecta Aspe y Elche, y se instalaron nuevas paradas, además de aceptarse el Bus Lliure y la Tarjeta Dorada, pese a que algunos de los vecinos afirman que con eso también tienen dificultades.