«Durante muchos años he estado trabajando varios días a la semana en una cafetería y nunca he tenido contrato», confiesa Antonio (nombre ficticio de un hombre que trabajó varios años en el sector de la hostelería sin contrato).

Este vecino de Elche asegura que «he trabajado en una cafetería sirviendo desayunos, y también en un restaurante como refuerzo para bodas y comuniones, y ni en un sitio ni en otro me hacían contrato».

El hombre explica que «ha sido la tónica habitual. Primero pensé que era normal porque iba a trabajar pocas horas cuando era estudiante, pero, al final, vi que era la táctica habitual del empresario para ahorrarse dinero».

Antonio explica que su trabajo, siempre que ha sido camarero, ha sido de cara al público, y que, pese a ello, nunca le ofrecieron ningún tipo de contrato laboral.

«Iba, hacía mis horas y después me pagaban. En la cafetería es donde estuve más tiempo, varios años, y siempre me pagaban cada día en función de las horas que tuviese que trabajar». Este ilicitano concluye diciendo que, «cuando eres joven, no das importancia a estas cosas, porque crees que es lo normal, pero luego ves que nadie debería trabajar en este tipo de condiciones».