El sector del calzado ha conseguido que las exportaciones empiecen a dar signos positivos después de dos años de caída. Una situación que, sin embargo, ha acabado pasando factura a la industria manufacturera que, pese a seguir siendo una de las más importantes de la provincia de Alicante, ha visto perder empresas y trabajadores en los dos últimos años, por la caída del mercado exterior. En este sentido, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y los que maneja la Generalitat Valenciana, el sector del calzado ha visto echar el cierre a 160 empresas en la Comunidad Valenciana, lógicamente la inmensa mayoría de la provincia, desde hace dos años, lo que ha supuesto, a su vez, la pérdida de más de 1.500 puestos de empleo en la industria manufacturera.
Desde el sector reconocen que la situación de los últimos años ha sido delicada, y que los pequeños y medianos talleres son los que lo han tenido peor para salir adelante. En este sentido, tanto la patronal nacional, la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), como la autonómica, la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), han repetido una y otra vez que la dependencia de pocos mercados exteriores, en este caso de los de la Unión Europea, iba en contra de la tranquilidad del sector, por lo que animaban a diversificar destinos, con los que paliar la caída de pedidos que se registró en destinos tradicionales como Francia o Reino Unido, entre otros.
Un cambio en la estrategia comercial que ha llevado su tiempo. De hecho, aunque ahora parezca que ha empezado a dar frutos, después de que en noviembre la cifra exportaciones de calzado a nivel nacional volviese a signos positivos, con un incremento del 1,5%, según indicó el presidente de FICE, José Monzonís, lo cierto es que ha llegado tarde para los que más sufrieron el retroceso en los pedidos: los pequeños y medianos talleres de calzado que atienden los excesos de producción de las grandes compañías.
«Hemos pasado unos años malos», indicaba una industrial de calzado ilicitana, a la hora de reconocer que los pequeños talleres de calzado han visto como los pedidos dejaban de llegar, y los que seguían haciéndolo exigían precios más bajos. «En estas circunstancias, es muy complicado salir adelante», reconocían desde varias empresas del sector manufacturero de la provincia.
En esta misma línea se manifestaban empresarios que reconocen que su dependencia del mercado francés ha hecho que disminuyera considerablemente su producción durante los últimos dos años por la crisis de consumo que se registró en Europa.
En cifras globales, el sector del calzado cuenta actualmente en la Comunidad Valenciana con 2.579 empresas que tienen dadas de alta en la Seguridad Social a 18.423 trabajadores. Hace justo dos años, en 2016, el sector contaba con 2.739 empresas que daban empleo a 20.000 personas.
A la hora de salir a flote, desde las patronales también insisten en recordar la importancia de adaptarse a los nuevos tiempos, con la implantación de la industria 4.0, para poder ganar en competitividad.
