Estar en una habitación de los senyorets del siglo XIX, aquella nobleza que se mantenía como la clase dominante en Elche, es posible ahora gracias a la exposición que ayer inauguró el Museo de Pusol ante la presencia de más de cincuenta escolares. La muestra ha sido instalada gracias a una donación anónima desde un piso de Altabix, en el que permanecía una gran cama de maderas nobles y barrotes troquelados, que aparece como pieza dominante en el centro de la nueva instalación.

La cama perteneció con toda probabilidad a los Condes de Torrellano, cuya familia también heredó el Condado de Casas Rojas, aunque este dato no ha sido confirmado por parte de los investigadores de Pusol. La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 13 de mayo, ofrece uno de los pocos ejemplos conocidos de mobiliario fernandino en territorio ilicitano y en su origen se encontraba en una gran finca ubicada en pleno Camp d'Elx.

Para acompañar la cama y recrear el dormitorio de aquella familia, los técnicos han completado el escenario con armarios repletos de prendas de la época, una cuna alfonsina de barrotes y un tocador. La muestra se encuentra frente al espacio permanente que se dedica en el museo al dormitorio. De esta manera, los visitantes podrán comprobar a simple vista las diferencias entre el lugar en el que dormía la nobleza y en el que dormía una familia de labradores del campo.

En aquella época las diferencias entre clases estaban más acentuadas si cabe que en la actualidad y podían apreciarse en cuestiones como el vestuario, el transporte o la vivienda. Pese a los aspectos distintos, los hogares también mantenían características en común, como los que se pueden contemplar en los dormitorios instalados en Pusol, como son las muestras de fe religiosa, expresada en los cuadros de las paredes, o las medidas para combatir la falta de luz eléctrica.