Una serie de catastróficas desdichas. El título de la saga de libros de Daniel Handler, que también da nombre a la serie de Netflix, podría resumir a la perfección las circunstancias que rodearon en la noche del lunes al martes el fallo del jurado popular que declaró culpable al acusado de matar y violar con una mancuerna a su mujermatar violar mancuerna en Orihuela. La lectura del fallo llegó a las 1.45 horas de la madrugada del lunes al martes, 15 horas después de que, a las 10 de la mañana del lunes, comenzara la última sesión del juicio con jurado popular.

La situación, si no fuera porque se trataba de un juicio por asesinato, era berlanguiana: a media tarde se apagaron las luces del pasillo de la Ciudad de la Justicia -el control se hace de forma remota, por ordenador- y la decena de familiares y amigos cercanos de la víctima se quedaron esperando durante horas el fallo, a oscuras, y sin calefacción. Los agentes de seguridad tan solo alcanzaron a colocar un flexo en un enchufe del pasillo, para dar algo de luz. El regente de la cafetería optó por aguantar hasta bien entrada la noche con las puertas abiertas para que la familia tuviera un lugar donde aguardar la espera. Ahí sí había luz, al ser un módulo eléctrico aparte.

Pero el colmo fue cuando, cerca de las 22 horas, el tribunal se dio cuenta de que la Guardia Civil había trasladado al preso de vuelta a la cárcel de Fontcalent, donde permanece desde que fue detenido en agosto de 2014. Nadie en la Ciudad de la Justicia sabe quién dio la orden de llevarlo de vuelta a la institución penitenciaria. El enfado y la incredulidad, hasta de la magistrada de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial, con sede en Elche, era patente.

Una vez llegó el detenido, cerca de la medianoche, hubo que esperar de nuevo: había que redactar el veredicto del jurado, por lo que la sesión seguía alargándose. Las horas pasaban al mismo nivel en el que la indignación de la familia iba en aumento. «Parece que se estén riendo de nosotros. Esto no es normal. Está teniendo mejor trato el asesino que nosotros», señaló indignado uno de los allegados de Yolanda Aniorte, la mujer de 39 años asesinada por su marido.

Y así, entre la desesperación, el malestar, los nervios y el frío -hubo hasta quien rescató del coche una pequeña manta para entrar en calor-, cerca de la una y media de la madrugada, se anunció el inicio de la audiencia pública en la que se leyó el fallo. El jurado declaró culpable al acusado por un delito de asesinato y otro de violación, para el que el Ministerio Fiscal pedía 27 años de prisión. El jurado popular contempló como una eximente incompleta de la condena el hecho de que el asesino padecía un trastorno de la personalidad derivado por el consumo de drogas.

La magistrada de la Audiencia Provincial de Alicante con sede en Elche será quien en los próximos días dicte la sentencia definitiva, ya que el jurado popular solo decide sobre la inocencia o culpabilidad de los delitos imputados. Así, la pena oscilará desde los 19 años de cárcel hasta los 27 pedidos por la Fiscalía. La última palabra la tiene la magistrada.