El estudio del subsuelo del entorno del Mercado Central, del que dependerá la continuidad o no del proyecto, ha entrado ya en su recta final. Las excavaciones arqueológicas se encuentran avanzadas al 75% de su ejecución total y, por ahora, según la empresa concesionaria, no hay resto alguno de valor. Eso es lo que, no obstante, sostienen desde Aparcisa, ya que la decisión final sobre la necesidad de proteger los restos que salgan en el perímetro del edificio de abastos dependerá de la Conselleria de Cultura.

Por el momento, lo más destacado, según la firma, fueron los silos y las vasijas de hace tres siglos que aparecieron en la primera fase de las catas, en la plaza de la Fruita. Poco más, dicen, porque en la calle Ànimes, donde ya han concluido los trabajos, apenas han salido a la luz muros de edificaciones de finales de siglo XIX y principios del XX, alegan.

Ahora, los arqueólogos se encuentran ultimando los trabajos en el frontal del Mercado Central, en la plaza de las Flores, donde, según la empresa, ha aflorado más de lo mismo. Tras acabar de estudiar esta zona, los técnicos tienen previsto trasladarse a la última recta que queda por destapar, con el objetivo de finalizar las catas a finales del próximo mes de marzo. No obstante, la concentración de acometidas en el vial de la plaza de la Fruita obligará a paralizar por unos días las excavaciones. La empresa tiene previsto desviar las instalaciones de gas y de agua de esta zona para poder entrar de lleno en la última fase de las catas.

Con este calendario sobre la mesa, avanzan unos trabajos que continúan levantado expectación, sobre todo, por conocer qué ocurrirá con un proyecto que ha empezado a agotar la paciencia de muchos ilicitanos debido a su enquistamiento. En esta ocasión, según la empresa concesionaria, el Consell ha exigido que, de manera semanal, los arqueólogos remitan un informe del resultado de las excavaciones.

El objetivo es tratar de agilizar los plazos a la hora de dar a conocer el documento final que deberá emitir el Consell sobre el subsuelo del Mercado. Un dictamen con el que, en caso de que las catas marchen como hasta ahora, podría relanzarse el proyecto. Todo ello salvo que el Gobierno valenciano decida, finalmente, que el edificio debe ser conservado, al margen de los restos que haya a su alrededor.