Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Qué fue de Osman, el niño afgano con parálisis que Elche quiso acoger?

Elche se ofreció como primera opción de residencia, pero las circunstancias les condujeron hasta Mislata

¿Qué fue de Osman, el niño afgano con parálisis que Elche quiso acoger?

Hace algo menos de dos años, la odisea de Osman, un niño refugiado afgano con parálisis cerebral que esperaba junto a su familia en Idomeni (Grecia) la acogida de un país seguro que primero salvara y luego le ayudara a formar una nueva vida, conmovió a muchas personas que se solidarizaron con su causa. La labor de dos voluntarios ilicitanos, Miguel Ángel Cantero y Juan Manuel Flores, que pasaron una semana en el campamento griego de Idomeni junto a la ONG Bomberos Sin Fronteras, fue la que puso el foco en la historia de esta familia.

En aquel momento, Elche fue la primera ciudad que ofreció acogida para que este niño y su familia formaran su nuevo hogar, aunque, finalmente, el Centro de Atención al Refugiado (CAR) de Mislata, en València, fue el punto donde los cinco miembros de esta familia afgana comenzaron a dar pasos hacia su nueva vida. Ya ha llovido mucho desde mayo de 2016, y, desde entonces, ¿qué ha sido de Osman y su familia?

Afortunadamente, los pasos de Osman, sus hermanos Yamil y Monir, su madre Palwasha y su padre, Ata Mohammad, pisan un terreno propicio y van caminando hacia una vida tranquila y feliz y continúan viviendo en Mislata, lugar donde se han asentado.

En un principio, en 2016, el Ayuntamiento de Elche ofreció la posibilidad de que la ciudad ilicitana fuera el lugar de residencia de esta familia. Así, tras un período obligatorio de integración en el CAR de Mislata, Elche seguía siendo la primera opción de reubicación, una vez la familia hubiese concluido ese proceso de asentamiento y de bienvenida a su nuevo país. Sin embargo, siempre ha prevalecido la voluntad de la familia y, después de pasar esos seis meses reglamentarios en el CAR, varios acontecimientos enraizaron a la familia al entorno de Mislata. Osman y sus allegados siguen en el centro de refugiados en la provincia de València y buscan ya el momento para moverse a un piso de alquiler y poder«volar» solos.

Ata Mohammad, el padre de Osman,consiguió un trabajo estable como tapicero de coches de lujo. Esta profesión, por cierto, es a la que se dedicaba en su Kandahar natal, y el hombre se siente agradecido por haber encontrado una labor dentro de su especialidad con la que ganarse la vida de nuevo. La madre de Osman, Palwasha, atravesó una enfermedad grave y pasó bastante tiempo en el Hospital La Fe de València, pero ya está casi recuperada y asiste a cursos de castellano para reforzar su conocimiento del idioma, que ya practica, pero que quiere perfeccionar. Quienes hablan sin problema en castellano y valenciano, aprendidos en tiempo récord, son los hermanos de Osman, Yamil y Monir, quienes están integrados y escolarizados en la provincia de València con normalidad. Ambos disfrutan de las actividades extraescolares y, según aseguran desde el entorno de los menores, son unos preadolescentes extrovertidos y disfrutan, sobre todo, con el baloncesto.

El propio Osman pasó algún tiempo ingresado en el Hospital La Fe de València, donde fue atendido por más de diez especialistas, y cuyo seguimiento continuó en consultas externas del centro hospitalario. El pequeño estuvo ingresado siete días, un período necesario para realizar todas las pruebas y mejorar el estado de desnutrición con el que llegó. Cabe recordar, que, con siete años, tan solo pesaba siete kilos cuando llegó a Grecia. En un año logró recuperar más del doble del peso y hoy, sigue mejorando su estado de salud. Ahora, se llevan a cabo diferentes acciones para aumentar su calidad de vida fuera del centro sanitario, como es habitual en pacientes con parálisis cerebral como la de Osman. Sobre todo se trabaja en la socialización del menor. Así, pues, la vida sigue y esta familia afgana ha decidido echar raíces en el entorno de Mislata. Además, todos los médicos especializados que atienden a Osman trabajan en València y no recomiendan su desplazamiento para conseguir su bienestar y una mayor mejoría. Toda la familia de Osman se encuentra dentro del proceso de obtención del estatus de refugiado. Nada más llegar a España realizaron las solicitudes a través de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Han empezado con la solicitud de asilo. Ahora tienen la tarjeta roja que les protege durante este proceso y que deben renovar hasta que llegue la resolución final que indicará si han conseguido, finalmente, el estatus de refugiado o no.

Miles de historias

Gracias al relato de los voluntarios ilicitanos de Bomberos Sin Fronteras en 2016, la historia de Osman caló en la sociedad y su caso desembocó, afortunadamente, en la acogida y la reubicación urgente de esta familia en España. No obstante, este es solo un ejemplo de los miles de casos que aún aguardan en campamentos y en fronteras internacionales a que sean acogidos.

España ha acogido, hasta el momento, solo a 2.716 personas refugiadas de las 17.387 que prometió reubicar o reasentar para otoño de 2017. De ellas, entre 35 y 40 han llegado a la provincia de Alicante, donde, principalmente las entidades y plataformas locales son la clave para su asistencia.

Estas organizaciones son las que vertebran las ayudas a las personas solicitantes de asilo y a las que ya tienen el estatus de refugiadas en los municipios de Alicante. Más de 100 voluntarios y trabajadores se ocupan de ello. Cruz Roja en Elche, a través de varios programas multidisciplinares, da acogida a los solicitantes de asilo. Así, Elche Acoge les ofrece apoyo jurídico orientación y alojamiento temporal. La ONG Karam, en Alicante, realiza esta misma labor con ocho personas que llegaron huyendo de Irak. Además, la sensibilización en centros educativos, o los viajes de ayuda humanitaria a campos de refugiados en Grecia son otra de las bazas para ayudar a las personas en situación de emergencia. A personas que, como Osman, necesitan de una mano que les ayude a salir de un infierno que no merecen.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats