La familia que ha interpuesto la denuncia, por la situación que ha padecido su hijo, asegura que el pasado lunes le notificaron que habían expulsado a varios alumnos a raíz de este caso, cuestión ésta de la que también son conocedores desde Educación.

El alumno agredido no acude a clase desde el pasado 25 de enero. Aún está absolutamente aterrorizado. La familia no sabía qué hacer, no quería que lo cambiaran de centro, querían seguir vinculados a estas instalaciones educativas para que no fuera, como casi siempre, la víctima la que continúe perdiendo y sea trasladada a otro centro.

«Lo pensamos mucho a la hora de interponer la denuncia, pero creemos que no lo estaríamos haciendo bien, no estaríamos defendiendo los derechos del menor si no la hubiéramos puesto», relata la progenitora, quien continuamente insiste en que su fin no es perjudicar al centro.

La familia denunciante asegura que el pasado martes el centro le comunicó que activó un protocolo especial y que querían que su hijo volviera. No obstante, el inspector de zona de la Dirección Territorial de Educación se tomó el máximo interés en el asunto y, de inmediato, se puso en contacto con la familia, que está muy agradecida por el trato recibido por parte de la Administración. Finalmente, se ha decidido que sea trasladado a otro centro por seguridad y tranquilidad.