Urbanismo ha pedido al Consell una valoración arquitectónica y patrimonial del Mercado Central para ver si es viable su conservación. En concreto, ha sido el concejal de Urbanismo, José Manuel Sánchez, quien ha remitido un escrito al servicio territorial de Cultura, después de la paralización del derribo de El Progreso, por orden del Gobierno autonómico.

El edil del área ha tirado de los dos informes que firmó el arquitecto e inspector de Patrimonio, Santiago Varela, en el año 2012, donde se posicionaba a favor de la inclusión de la plaza de abastos en el catálogo de edificios protegidos. "Ante la situación de que acaben las catas arqueológicas y este Ayuntamiento se vea en la obligación de conceder la licencia de demolición, creemos conveniente solicitar la valoración a la Conselleria", ha señalado el concejal de Urbanismo.

Con el episodio reciente de El Progreso, Sánchez ha alegado la importancia de no volver a caer en esta situación y ha pedido ya el posicionamiento del Consell para ver si es posible conservar el Mercado o qué partes habría que mantener.

Y es que, pese a esos informes del inspector de Patrimonio, la Administración autonómica hizo oídos sordos y aprobó el Plan de Reforma Integral (PRI) del inmueble. Por lo tanto, José Manuel Sánchez ha querido presionar ahora al Consell, tras los antecedentes de El Progreso, para evitar que se otorgue una licencia de demolición y que cuando se esté a punto de comenzar las obras se tengan que detener, como ha ocurrido con la antigua sala de venta de agua.

Esos son los argumentos que ha dado hoy el concejal de Urbanismo, quien ha vuelto a recalcar que "hay un contrato firmado para tirar abajo el inmueble y unas consecuencias jurídicas que hay que sopesar en cuanto a indemnizaciones".