Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cristina López Barrio

«Parece que si eres mujer y la protagonista también sólo haces novela romántica»

Mañana participará en Elche en las noches gastronómico-literarias que organizan la librería Ali i Truc, Magda y La Taula del Milenio

«Parece que si eres mujer y la protagonista también sólo haces novela romántica»

El año pasado fue finalista del Premio Planeta, ¿qué ha supuesto este logro para usted?

Ser finalista del Planeta ha marcado un antes y un después en mi carrera. Es un honor para mí formar parte de uno de los premios más importantes de España, con un palmarés que cuenta con autores como Mario Vargas Llosa o Ana María Matute. Como dijo José Manuel Lara, el Planeta es un premio que permite conseguir nuevos lectores. Para mí es perfecto para que gente nueva se acerque a mis libros.

¿Había participado anteriormente en otros certámenes literarios de este tipo?

No, esta fue la primera vez. Para mí ha sido un trampolín. Los autores tenemos que tener en cuenta las características de nuestras novelas y la editorial que hay detrás de cada premio a la hora de presentarnos a estos certámenes. No vale con presentarse a cualquiera. Muchas veces te llevas un disgusto porque no han seleccionado tu novela y, simplemente, es porque tu tipo de libro no encaja con la editorial. Conseguir estos apoyos es fundamental cuando estás empezando en la literatura.

Mañana mantendrá en Elche un encuentro con sus lectores, ¿qué le parecen estas citas?

Son una experiencia enriquecedora. La vida de los escritores es solitaria, con nuestros personajes y nuestras historias. Cuando publicas un libro, te abres al mundo y esa obra ya no te pertenece. Es positivo que te cuenten lo bueno y lo malo, de todo se aprende. Cada persona vive los libros a su manera, con sus circunstancias. Vale la pena ver cómo cada uno vive tus novelas. Es de los mejores aspectos de este oficio, sobre todo cuando te das cuenta de que las historias van más allá de tu escritorio, tu ordenador o tu cabeza.

Usted ejercía como abogada y decidió dar el salto a la literatura, ¿cómo vivió aquello?

Hay que armarse de valor y dar un salto al vacío. Aunque, en mi caso, era con red. Quería escribir desde pequeña. Estudié Derecho porque era la profesión familiar. Trabajé trece años como abogado, hasta que publiqué La casa de los amores imposibles. Después me llegó un contrato por encargo de obra. Así que dejé el Derecho y me dediqué a escribir, que es lo que quería.

¿Recomienda a la gente que salga de su rutina y se dedique a su verdadera vocación?

Es una decisión personal. Uno tiene que hacer lo que realmente le gusta. A veces hay que compaginarlo con otros trabajos, porque todos tenemos que pagar la hipoteca o el colegio de los niños. Tenía claro que iba a intentar hasta el final ser escritora y ya me puedo morir tranquila. Cuando tienes una vocación por algo, al final acaba saliendo. No hay que rendirse ni tirar la toalla.

Hemos visto en los Goya una reivindicación femenina del mundo del cine, ¿esta situación se traslada a la literatura?

En la literatura, las mujeres tenemos bastante terreno que conquistar todavía. Enseguida nos ponen la etiqueta de literatura femenina. Nadie habla nunca de literatura masculina. Parece que el hombre es el único que puede tratar los temas universales. En la mayoría de los premios literarios las mujeres no teníamos presencia hasta ahora. Parece que, si hablas de amor, eres mujer y tu protagonista es femenina, sólo haces novela romántica.

Las mujeres de sus libros se caracterizan por ser fuertes e ir a contracorriente...

Lo más importante para mí es la independencia de la mujer, empezando por la económica y acabando por la libertad. Me gusta escribir sobre mujeres que superan obstáculos y luchan contra las normas impuestas, muchas veces desde los núcleos familiares. Es un tema que me preocupa y me interesa tratar. Las mujeres tenemos que abrirnos caminos en una sociedad que continúa siendo patriarcal.

Ante esto, ¿qué papel tienen los personajes masculinos?

Depende de la novela, pero los hombres también tienen mucha importancia en mi obra. Al final, las novelas tratan sobre los seres humanos, no sobre hombres o mujeres. Hay personajes masculinos que son una réplica de las mujeres y, al final, acaban cobrando protagonismo. En Niebla en Tánger, Paul Dingle tiene una carga importante y toda la trama policiaca gira a su alrededor.

En alguna ocasión ha señalado que, para usted, leer y escribir es tan importante como comer y beber, ¿de dónde viene esta pasión por la literatura?

Viene de la infancia, de la pasión por cuentos infantiles y por vivir en otros mundos. Fui una niña fantasiosa. Siempre he estado en una nube, imaginando historias. Me aprendía de memoria las poesías. Mi vida ha sido hermosa y plena con la literatura a mi lado. Podría vivir sin escribir, pero no lo podría hacer sin leer. Siempre voy con un libro y, si me siento incómoda en algún lugar, lo saco y me meto en una burbuja. Forma parte de mi vida.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats