El hostelero Antonio Pomares explica que «he llegado a tener en la comarca hasta siete locales de hostelería funcionando a la vez, y nunca he tenido que hacer uso del derecho de admisión». Este emprendedor, que en la actualidad cuenta con una tapería en el centro de la ciudad, indica que «si he tenido algún problema con clientes que han dado follón hemos tratado de suavizar la tensión dialogando y con buen trato, y siempre se consigue zanjar el problema sin tener que expulsar a nadie del local, que es lo deseable».

Por este motivo, insiste Pomares, «en Elche se usa poco el derecho de admisión, y, en el caso de que el problema vaya a más, lo que se hace es pedir la colaboración de la Policía Local, que atiende las llamadas y nos presta ayuda para resolver los problemas con buenas formas».

No obstante, el propio Antonio Pomares admite que no es lo mismo regentar un bar o un restaurante que un local de ocio nocturno, ya que en estos últimos es donde se pueden dar más problemas con los clientes en estado de embriaguez, y, por eso, hay que hacer uso de las normas que permiten el derecho de admisión.