Narra una historia apocalíptica en su libro. Suena demasiado negativo, ¿no?
También es una oportunidad de vida. Se puede cambiar el mundo antiguo, las formas de gobierno que no nos gustan. Esta es la base del argumento que desarrolla la historia. El libro se dirige al público juvenil, pero puede gustar a todos. He intentado aportar valores que sean interesantes para la reflexión.
¿Cuáles son estos valores?
Vida, generosidad, supervivencia? No doy lecciones, porque no soy nadie para hacerlo. Me gusta tratar temas sociales, asuntos que nos preocupan a todos. La literatura, entre entrenamiento y entretenimiento, debe introducir valores. Y más, la que va dedicada al público juvenil.
En ese mundo nuevo que surge en su libro, ¿todos los habitantes suman en positivo?
También hay episodios que demuestran que la maldad forma parte de la naturaleza humana. Cuando todos quieren ayudar, aparece una comunidad con ganas de guerra, que quiere luchar después del apocalipsis. Al final de todo, hay gente que no nos va a dejar vivir en paz.
¿Esto tiene que ver con la realidad que estamos viviendo?
Es ciencia ficción realista, que habla de lo que nos gustaría cambiar. La novela es entretenida, tampoco busca ser un ensayo filosófico. Engancha al lector joven y transmite valores pedagógicos que son necesarios en nuestra sociedad actual.
¿Qué reacciones le llegan por parte de los lectores?
Me dicen que el libro les ha servido para pensar. El problema es que las opiniones directas que nos llegan a los autores suelen ser positivas. Así que tampoco me puedo fiar mucho.
Su libro Árboles de ceniza
Los premios siempre animan a seguir escribiendo. El mundo de la literatura es complicado y, a veces, no sabes qué hacer con una obra cuando la has terminado. Yo no me quejo, me ha ido bien. Los galardones son un aliciente para continuar adelante, un camino más para publicar, más allá de la satisfacción personal. Son impulsos para que los libros estén en la calle y puedan llegar a más gente.
Ha impartido varios talleres de escritura en Ali i Truc, ¿qué le cuenta a los asistentes?
La gente que se inscribe en estos talleres ama la literatura. No viene de cero, ya ha hecho sus pinitos. Lo que busca es mejorar, depurar lo escrito. Todos tenemos un talento natural para escribir sobre nuestros sentimientos. Lo que falta es desarrollarlo mejor, conseguir que los textos sean interesantes para el lector. En estos talleres doy claves para encontrar la inspiración y acabar con el miedo al folio en blanco.
También mantiene un par de blogs activos que le permiten contactar con los lectores...
Son nuevas oportunidades que nos van surgiendo a los escritores. Ahora tenemos muchas más formas de comunicarnos con los lectores que antes. Hay autores que han llegado a publicar una novela completa a través de capítulos en un blog. La malo de todo esto es que la cultura en general, y la literatura en concreto, tienen muy poco arraigo en la sociedad. Los índices de lectura son bajísimos. Así que tenemos que mostrar más nuestros libros.
