En nada menos que un año, Elche ha sumado a su tejido productivo 60 nuevas empresas relacionadas con el sector inmobiliario. Un repunte importante que ha llevado a que la ciudad ilicitana esté ya más cerca del millar de mercantiles y que responde al despegue de las transacciones. En concreto, el término municipal ilicitano tenía registradas el año pasado 923 sociedades de esta categoría, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un panorama que economistas y profesionales de esta actividad vinculan con la recuperación de los niveles de renta, el tirón de la construcción y, por consiguiente, con el aumento de las compraventas y los alquileres.
De hecho, es tal el nivel de aperturas de negocios inmobiliarios en Elche que, en solo cinco años, el padrón de empresas ha contabilizado más de 230 nuevas compañías de este tipo. De esta realidad también se ha hecho eco el Ayuntamiento ilicitano en su último informe sobre edificabilidad y vivienda. Como ejemplo, el estudio refleja que por segundo año consecutivo se han vendido más viviendas de obra nueva (269) de las que se han terminado (138), por tanto, se sigue rebajando el stock existente. Una reserva de inmuebles que proviene desde 2008 y que estaría en torno a las 2.400 viviendas, según el cálculo entre casas terminadas y compraventas de obra nueva. Es decir, se habría vendido el 76%, tal y como refleja el informe municipal. Esta cifra que arroja el stock, según advierten los técnicos municipales, habría que ponderarla ligeramente a la baja teniendo en cuenta la última tendencia de optar por el alquiler o alquiler con opción a compra por parte del promotor. Sobre este tema, la sociedad de tasación inmobiliaria Tinsa, en su estudio «Radiografía del stock 2016. Suelo y vivienda nueva», sitúa a Elche entre las ciudades con bajo nivel de stock y le otorga un depósito de vivienda terminada a partir de 2008 igual o inferior al 10%.
Peligros
Expertos como el profesor de Macroeconomía de la Universidad de Alicante (UA) Alfredo Masó advierten del riesgo que conlleva este repunte desmesurado de inmobiliarias, después de haber vivido una experiencia más o menos cercana durante la crisis económica. «Sería bueno recordar lo que pasó. El sector no debe crecer ni va a crecer como hizo desde 2004 en adelante. Es muy llamativo y sorprendente que Elche esté en cerca del millar de inmobiliarias», apunta el docente. Y es que la facilidad para poner en marcha sociedades de este tipo está considerado desde la visión de un economista como Masó como un peligro al considerar que se trata de actividades cortoplacistas.
Una lectura parecida realizan desde el propio sector, desde donde apuntan a la falta de una regulación en el ejercicio y relacionan este despegue, en parte, con la falta de preparación de los agentes inmobiliarios, lo que, en resumidas cuentas, supone una desprotección para el consumidor final.
«En ocasiones, no hay un seguro de responsabilidad civil y una formación específica. Eso, junto al intrusismo que hay», admite Joaquín Carrazoni, de Garrigues y Mallebrera Inmobiliaria, de Elche. Sin embargo, desde su punto de vista, descarta que este revulsivo vaya a traducirse en una nueva burbuja inmobiliaria y alega que la situación tiende a estabilizarse.
En cualquier caso, el crecimiento de las empresas de construcción no fue tan impactante el pasado año, pese a que la ciudad se ha acercado a los niveles precrisis, sobre todo, por el tirón de las reformas de locales y de viviendas. En 2017, el sector sumó solo nueve mercantiles y llegó a las 1.953. Con todo ello, lejos están todavía las cifras del ejercicio 2012, cuando la ciudad superaba las 2.000 compañías relacionadas con el ladrillo. A partir de ese momento, fueron cayendo progresivamente, tal y como reflejan los registros del INE, y desde 2015 el sector está volviendo a crecer.
