La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, acogió ayer el juicio contra dos acusados de traficar con estupefacientes, principalmente cocaína, y que fueron detenidos en noviembre de 2016. En el registro policial, se encontraron en casa de los dos arrestados más de dos kilos de droga, escondidos en lugares tan insólitos como la campana de la cocina, el techo de escayola del baño o un compartimento secreto en el maletero de un vehículo.

De los dos acusados, uno de ellos era el encargado de suministrar la droga al otro, que es quien la vendía al público. Durante los registros en ambas viviendas, se encontraron también varias básculas de precisión y otros utensilios empleados para el corte, preparación y distribución de las papelinas a los consumidores.

El juicio se celebró ayer y quedó visto para sentencia, aunque uno de los acusados se encuentra ya en prisión provisional debido a que tenía antecedentes en el momento de la detención por parte de los investigadores. En 2012 fue condenado a seis meses de cárcel por resistencia a la autoridad, una pena que fue suspendida en abril de 2015 por un plazo de dos años, con la condición de que no delinquiera durante los dos próximos años. Un requisito que, sin embargo, incumplió.

La gran cantidad de sustancias estupefacientes incautadas ha elevado la pena para cada uno de los acusados a esos ocho año de cárcel. Los investigadores tienen constancia de que los hechos se prolongaron durante al menos siete meses. Además, el Ministerio Público ha solicitado el pago de casi medio millón de euros de multa por un delito contra la Salud Pública. El valor en el mercado de las sustancias incautadas ascendería a 138.648 euros. Durante la operación se intervinieron varios miles de euros procedentes, presuntamente, de esas ventas de droga.