La Fiscalía ha pedido ocho años y nueve meses de prisión para dos acusados de traficar con cocaína y otras sustancias estupefacientes en Elche. El juicio se celebró hace unos días en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en la ciudad. Los acusados fueron sorprendidos por la Policía Nacional en el intercambio de dos kilos de cocaína que escondieron en el altavoz de un vehículo para ocultarla de las autoridades. O eso intentaron, porque finalmente la droga terminó dando el cante, casi literalmente.

La detención se produjo tras meses de investigación por parte de la Policía Nacional de Elche. La vigilancia y el seguimiento a uno de los acusados les llevó a identificar tanto al traficante como a su proveedor. Fue precisamente en el momento en el que se produjo el intercambio de la mercancía cuando los agentes procedieron a la detención de los arrestados, el pasado 5 de julio.

El arresto se materializó cuando los dos acusados estacionaban su coche en un garaje de un inmueble de Carrús. Los agentes se incautaron, además, de los 2.250 euros con los que uno de ellos iba a pagar al proveedor la droga suministrada. Por si fuera poco, uno de los detenidos se resistió notoriamente al agente que trató de arrestarle, hasta el punto de que le rompió el teléfono móvil. Por tanto, la Fiscalía pide para este acusado, además de los ocho años y once meses por el tráfico de drogas, una pena de otros once meses de cárcel por resistencia grave a la autoridad.

Tras lograr el arresto, la patrulla procedió también a registrar los domicilios de los dos implicados, donde encontraron, además, papelinas preparadas para la venta, y 17 plantas de marihuana. El encargado de distribuir las sustancias estupefacientes a los consumidores, almacenaba asimismo en su domicilio 46.030 euros, repartidos en billetes de 500, 200, 100, 50, 20 y 10 euros.

Matola

El hallazgo de las plantas de marihuana se produjo tras otro registro en una segunda vivienda del acusado, una casa de campo de la pedanía ilicitana de Matola. Allí cultivaba una pequeña plantación de la que sacaba la materia prima para su posterior venta. También se encontraron básculas y otras herramientas para preparar las sustancias para la venta, además de un cuaderno con anotaciones de nombres y cantidades, lo que delata, presuntamente, las operaciones comerciales que realizaba con estas sustancias estupefacientes.

Este tipo de operaciones son una constante en las diferentes unidades de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. El modus operandi de los agentes suele ser el empleado en este caso. La Policía realiza seguimientos y vigilancias no solo para dar con los traficantes, sino también con sus proveedores. Los detenidos están desde julio en prisión provisional a la espera de la sentencia. La Fiscalía pide, al mismo también, una multa de 250.000 euros y el pago de la reparación del móvil del agente, valorado en 200 euros.