Conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas puede salir muy caro, y no solo económicamente, ya que lo que está en juego es la seguridad del propio conductor y la del resto de usuarios de la calzada. Y, si no, que se lo digan al profesor de autoescuela al que la Policía Local multó el pasado viernes tras una prueba en la que detectaron que el instructor había consumido cocaína. La prueba se realizó en un control rutinario mientras el hombre se encontraba dando una clase a uno de los alumnos de la autoescuela. ¿El resultado? Mil euros de multa y la retirada de seis puntos del carné de conducir. Al menos, la práctica le sirvió al alumno para conocer de primera mano qué no se debe hacer al volante.

Los agentes remitieron la sanción a la Dirección General de Tráfico para que haga efectiva la retirada de puntos, una vez se confirme este consumo en la muestra que se envió al laboratorio para certificar el resultado extraído por los agentes en el propio control. El caso quedará en una sanción administrativa, con esta importante multa económica. Pero podría haber acabado en el juzgado con una imputación de un delito contra la seguridad vial si el vehículo hubiera tenido algún tipo de percance, choque o accidente por ese consumo de drogas, ya que el profesor, aunque condujera el alumno, es el responsable al tratarse de un coche de prácticas.

El suceso tuvo lugar el pasado viernes, cuando los agentes de la Unidad de Delincuencia Vial de la Policía Local de Elche se encontraban realizando un control de la documentación de los vehículos. Al parar al coche de prácticas, vieron indicios de que el instructor podría estar bajo los efectos de las drogas, por lo que procedieron a realizar las pruebas, que dieron positivo en el consumo de cocaína. Según señalan desde la propia Jefatura, estos controles de drogas se están convirtiendo en los últimos meses en el eje fundamental del grupo, ya que los datos apuntan a que se dan más positivos en consumo de estupefacientes que en el de alcohol. Esto, con el agravante de que mientras que la presencia de alcohol al volante se focaliza en los fines de semana y en conductores jóvenes, el de drogas se mantiene constante durante los siete días de la semana, y entre conductores de todas las edades.

Y, aunque los datos arrojan cada vez más positivos, desde la Jefatura apuntan a que no hay que crear alarma, pues el hecho de que haya cada vez más casos está ligado a que cada vez hay más controles. Estas pruebas se realizan desde hace prácticamente un año, por lo que aún no se puede concluir que haya un aumento en el consumo hasta que las estadísticas se prolonguen en el tiempo.

Por otra parte, la Policía Local tiene previsto formar a más agentes en la realización y control de las pruebas en el consumo de estupefacientes. Y es que la normativa de la Dirección General de Tráfico exige que los policías que las realicen tengan una formación específica para que los resultados sean válidos judicialmente.

Delito

Todo para garantizar que los resultados se pueden llevar al tribunal cuando el consumo de drogas en la conducción se considere un delito contra la Seguridad Vial. Este extremo se alcanza cuando, a consecuencia de este consumo de estupefacientes, se dan daños materiales y especialmente personales, de gravedad, como en el atropello mortal de hace unos meses en Santa Pola, o en los numerosos casos de atropellos a ciclistas en el último año en la provincia de Alicante.

Los efectos del consumo de drogas en la conducción son similares a los del alcohol. Desde la Jefatura de la Policía Local recuerdan que estas acciones repercuten en la capacidad de reacción de los conductores, lo que origina un aumento en el tiempo de respuesta o, por ejemplo, en la distancia de frenado. Dos factores de vital importancia, sobre todo en el casco urbano, ya que aumenta las posibilidades de atropello, según reflejan los estudios de la Dirección General de Tráfico. Por tanto, este tipo de controles continuarán siendo una constante.