Hasta la madrugada. El edificio de Riegos El Progreso tuvo que ser apuntalado de urgencia ayer por orden de la Generalitat y la plaza de la Constitución ha quedado cortada al tráfico hasta nueva orden. De repente, y sin poder esperar ni un momento más, los propietarios de la antigua sala de venta de agua tuvieron que enviar a una cuadrilla de operarios y una grúa hasta la zona para colocar vigas y asegurar así un bloque que ya había comenzado a derribarse.

La congestión del tráfico y la expectación en el centro de la ciudad fueron importantes sobre todo en los primeros instantes en los que la Policía Local cortaba el acceso al enclave. El despliegue de medios y de técnicos también fue máximo para seguir detenidamente la colocación de traviesas de varios metros de altura sobre la fachada.

La Conselleria de Cultura notificaba en la mañana de ayer la inmediata paralización del derribo del inmueble a los propietarios. Pero también ordenaba por escrito que con carácter urgente el promotor tomara las medidas de apuntalamiento y protección de la seguridad del edificio para evitar un colapso o el incremento de los daños producidos. Una orden que acabó precipitando toda esa movilización pasadas las ocho de la tarde hasta bien entrada la madrugada. Al mismo tiempo, en la resolución, el Gobierno valenciano pidió al Ayuntamiento medidas para garantizar la seguridad vial, hasta que se decida si el inmueble se protege o se derriba. A partir de ahí, el tripartito activaba la maquinaria para cortar el tráfico rodado y establecer itinerarios alternativos que se mantendrán hasta que el Consell dictamine el futuro del inmueble centenario. Ante ese impacto en el centro neurálgico, el Ejecutivo local volvía ayer a meter prisa a la Generalitat para resolver el conflicto.

Tan solo unas horas antes, por la mañana, la propiedad tenía previsto continuar con los trabajos de demolición al no haber recibido ninguna comunicación por parte de la Administración autonómica. Y es que para el día de ayer tenían autorizado por parte del Ayuntamiento el corte del tráfico para desmontar dos tercios de la fachada al detectar la presencia de grietas que se habían agravado desde que comenzaron los trabajos de preparación del derribo. Y es que la cubierta ya había quedado desmontada, ya habían derruido parcialmente el interior y habían retirado elementos de sujeción.

Sin embargo, los planes han acabado torciéndose para los propietarios en mitad de todo el proceso, después de que en noviembre recibieran la licencia municipal para tirar abajo el bloque, que, según el plan municipal de 1998, no tiene protección. Algo que ha generado, sobre todo, en estas últimas semanas un gran rechazo entre algunos sectores, como la plataforma en defensa del patrimonio ilicitano, que ha presionado al Consell para tratar de resucitar el inmueble.

Itinerarios

El Ayuntamiento ha establecido itinerarios alternativos que serán debidamente señalizados y modificado la ruta de las líneas E y J de los autobuses urbanos. Asimismo, la calle Corredora permanecerá abierta hoy con el fin de minimizar el impacto del corte de tráfico. Por lo que respecta a la Línea E, el recorrido en la zona del corte se deriva desde Corredora por Juan Carlos I, avenida de Santa Pola, Mangraner y l'Avet hacia la rotonda Comisaría-colegio El Palmeral, donde se retoma la ruta habitual. Se anulan las paradas 103 (plaza de la Constitución) y 127 (museo del Palmeral). En cuanto a la línea J, se desvía desde la cabecera y en vez de ir hacia Comunidad Valenciana los autobuses se dirigirán hacia Doctor Caro, Vicente Blasco Ibáñez, Gabriel Miró, Major de la Vila, Puente de Santa Teresa, Juan Ramón Jiménez, Ángel y línea habitual. Las paradas que se anulan son la 102 (Plaça de Baix) y la 103 (plaza de la Constitución).

La Policía Local estará de forma permanente en la zona de corte para informar a los conductores y facilitar los accesos a los vados, además de informar sobre los itinerarios alternativos.