El Camp d'Elx ha amanecido estos últimos días con escarcha sobre parte de sus frutas y hortalizas tras pasar alguna que otra madrugada con una sensación térmica que ha rondado los cero grados, sobre todo en los cultivos localizados en el entorno de El Hondo. Esto está teniendo efectos beneficiosos para algunos productos hortofrutícolas y no tantos para otros.

Entre estos últimos se encuentra la alcachofa que, según indica Pedro Valero, de Jóvenes Agricultores, tras las bajas temperaturas de estas últimas noches, en algunas zonas ha aparecido algo ennegrecida, con pintas oscuras.

«Esto se traduce en que pierde un poco de calidad a la vista», explica Valero, para señalar a continuación que, aunque esta hortaliza puede continuar su proceso de desarrollo, a la hora de su venta el precio previsiblemente será menor debido a este aspecto atípico.

Los agricultores insisten en que, aunque el alcaucil presente esta imagen como de manchada, el producto con toda seguridad conserva por dentro todo su sabor y calidad.

Las habas también son otras de las hortalizas que, sometidas demasiado tiempo a temperaturas severas, por debajo de los cero grados, no progresan y se echan a perder, «sobre todo las más tiernas. Las que están cuajadas, salvo que venga ahora mucho frío de golpe, no se verían afectadas», apunta por su parte Santiago Pascual, de la Unió de Llauradors y Ramaders. Por fortuna, de momento, aún no se ha producido el caso.

Las partidas rurales de Derramador y Algoda están siendo hasta el momento las zonas más afectadas por esta bajada de temperaturas, una situación que se inició el pasado fin de semana. Tras unos días de respiro, las previsiones apuntan a que de nuevo vendrá el frío intenso a partir del próximo sábado, con mínimas de tres grados.

No obstante, en contraposición a lo que le viene ocurriendo a la alcachofa, a otros cultivos como es el caso de los almendros, los frutales, el brócoli o la coliflor, estos dos últimos en pleno proceso de recolección en estos momentos, sí que les es favorable este frío.

«Este tipo de cultivos y las lechugas necesitan entre cinco y siete grados por debajo de cero para que se vean afectadas. Y, además, aunque se vean marchitas, en cuanto sale el sol se recuperan y se muestran sorprendentemente lozanas», apuntan desde La Unió.

En cuanto a los árboles frutales, cuando el mercurio se ubica en unas posiciones relativamente bajas esto se traduce en general en que se generan unas condiciones positivas para que la savia «coja fuerza, salga una floración potente y adecuada, y el fruto finalmente cuaje», detalla Pascual.

Hace prácticamente un mes, los cultivos ilicitanos padecieron otra bajada intensa de las temperaturas, incluso por debajo de los cero grados, y que, por fortuna, apenas tuvo incidencia en la producción local.

En este sentido, trabajadores veteranos del Camp d'Elx recuerdan que el frío no es necesariamente negativo. Es más, es casi imprescindible para la floración de los frutales, siempre, eso sí, que no sufran heladas por olas de frío polar. «Lo que hace falta es que llueva», sentencia Santiago Pascual.