En materia de inmigración, por desgracia, no siempre la cuestión humanitaria supera a la legal. La Policía Nacional ha detenido esta semana a dos ciudadanos iraníes en el aeropuerto de Alicante-Elche, cuando trataban de volar a Reino Unido para, tal y como manifestaron a los agentes, solicitar asilo político en el país. Y es que, en materia de refugiados, no solo los sirios salen huyendo de la guerra que se vive en su territorio y que les mantiene atrapados.

En algunos países islámicos las libertades personales y sexuales son muy limitadas, hasta el punto de que la homosexualidad está castigada con pena de muerte. Este podría ser el caso de uno de los dos detenidos, de 28 años de edad. Los agentes le arrestaron el jueves cuando fue a coger un vuelo y mostró un pasaporte que, aunque verdadero, no era el suyo. En este caso, aunque se le acusa de falsedad documental, fue más una suplantación que una falsificación de documento oficial.

El personal de seguridad del aeropuerto detectó que la foto del pasaporte no se correspondía con la del viajero, por lo que fue detenido. La otra persona arrestada fue una mujer que viajaba con su hija, menor de edad,también en el aeropuerto. En esta ocasión, el arresto ocurrió el martes, cuando también pretendía viajar al Reino Unido. La mujer manifestó a los agentes que el objetivo era reunirse con su marido, también para solicitar asilo político allí.

Según explican fuentes judiciales, el hecho de que dos ciudadanos iraníes hayan sido localizados en la misma semana para pedir esa protección en Reino Unido, no es una simple casualidad. La cuestión migratoria es una realidad en el día a día en países con conflictos bélicos o fuertes restricciones de las libertades individuales. Y el hecho de que estas personas prefieran viajar a Reino Unido y solicitar allí formalmente el asilo responde a que el estatuto del refugiado de allí otorga una mayor protección que en España, por lo que prefieren arriesgarse y tratar de llegar hasta otros lugares.

En el caso de la mujer, las autoridades identificaron que el pasaporte con el que pretendía viajar era falso. Tras comprobarlo, pudieron ver que el nombre que figuraba en el documento no se correspondía con el de la arrestada. Además, en un examen posterior, comprobaron que las perforaciones eran irregulares, ya que estaban hechas a mano, y la luminiscencia no pertenecía a la de documentos indubitados. Además, la portada y la contraportada del pasaporte estaban despegadas de las hojas.

Suplantaciones

Sin embargo, fuentes judiciales apuntan a que cada vez más, en este tipo de casos, se opta, lejos de falsificar el documento, por tratar de usar el de otra persona. Así tratan de evitar ser pillados en los controles de seguridad. Una técnica que, sin embargo, no se escapa al control de los agentes, pues en este caso la fotografía, por muy parecidas que sean las dos personas, revela el engaño. El Ministerio Fiscal pide para los dos detenidos seis meses de prisión y una multa de cuatro euros al día durante seis meses.