¿Qué supone para usted haber sido elegido entre los diez mejores profesores universitarios de toda España?
Es algo que me hace mucha ilusión. Ha sido un proceso largo. Primero hubo una fase de preselección en septiembre, en la que se recibieron 1.300 propuestas entre todas las etapas educativas. Me llegó un correo en el que se me avisaba de que estaba entre los nominados y pensaba que era spam. Lo que más me ha emocionado es que eran los propios alumnos los que se encargaban de elegir a los que consideraban como los mejores docentes. Después de eso, tuve que aportar mis méritos relacionados con la enseñanza: publicaciones, metodologías, uso que hacemos de redes sociales?
Ya está entre los diez mejores profesores pero todavía puede ser elegido el número uno...
Será muy difícil. Estar entre los diez nominados ya es muy complicado. Esto es algo de lo más ilusionante que he conseguido en mi vida. Pienso que es imposible cuantificar quién es mejor o peor. Nosotros, en la universidad, estamos muy enfocados en la investigación, más que en la enseñanza en ocasiones. Ahora, cuando tengo un mal día, pienso que estoy nominado entre los diez mejores docentes de España y se me quitan los males.
¿Es también una alegría que surjan unos premios que reconocen la labor que hacen?
Sí, porque la figura del docente no está valorada en España, y es uno de los papeles más importantes en la sociedad actual. Es sorprendente que hayamos tenido que esperar hasta 2017 para crear estos premios, cuando en este país existen galardones para todo. Esto también nos está dando mucha visibilidad, porque han aparecido bastantes noticias en prensa. Nosotros tenemos satisfacciones a diario con nuestros alumnos, pero no está de más que surjan iniciativas así.
¿Cuáles cree que son las características que se han valorado para elegir a los mejores?
La característica que nos une a todos los finalistas es que somos docentes por vocación, disfrutamos de nuestra pasión. Esa es una parte importante en la valoración. Otra es la de las investigaciones que hemos hecho, en mi caso, para motivar a promover la práctica de la actividad física. También han tenido en cuenta que utilicemos nuevas metodologías y tecnologías de la información. Es importante que estemos implicados con los alumnos.
¿Es en esa dirección en la que tiene que ir la universidad?
No exclusivamente. Muchas veces pensamos que la innovación docente para por el uso de la tecnología y no sólo es eso. No hay que abusar ni volverse loco. Vivimos en una sociedad digital pero también se puede innovar en otros campos.
Con todo, ¿usted que uso hace de la tecnología de la información durante sus clases?
En mis clases tengo un blog con los alumnos en el que publicamos las mejores prácticas que ellos realizan para que todos puedan aprender de sus compañeros. También tenemos un grupo en Facebook y en Twitter soy muy activo en aspectos relacionados con la actividad física. En la labor de formar a nuevos formadores, procuro que sean ellos los que se encarguen de dar las clases a sus compañeros. Esas sesiones las grabamos porque de ahí se puede aprender mucho.
A la hora de hacer actividad física, ¿cuánta importancia tiene la motivación personal?
La motivación es fundamental, una variable clave para promover la práctica de la actividad física. Trasladar los hábitos de la práctica deportiva y la vida saludable a la infancia es muy importante. Por eso, nosotros demandados que debe aumentar el número de clases de actividad física en los colegios. Hay muchos discursos en contra del sedentarismo y la obesidad y luego no se aplican en los centros educativos.
Por lo que dice, se puede hacer mucho más en este campo...
A la Educación Física siempre se le ha llamado Gimnasio de forma despectiva, como si fuera una asignatura maría que se daba por aprobada. Los estudios en este terreno son recientes, tendrán unos 50 años. Antes, profesor de Educación Física era cualquiera. Es importante que aumente el número de horas, debería haber un mínimo de tres clases a la semana. Y esta motivación se debe trasladar después al ocio y al tiempo libre, para acabar con el sobrepeso infantil.
Entre los adultos, ¿ocurre lo mismo o es algo diferente?
Los adultos tenemos cada vez más conciencia de lo importante que es para la salud pero el porcentaje que lo aplica es todavía reducido. Los profesionales de las Ciencias del Deporte tenemos un papel fundamental ahí. El problema es que cualquier persona puede abrir un gimnasio sin titulación. Hay mucho que hacer todavía en cuanto a regulación de la legislación. Así se podrá promover la práctica deportiva dentro del conjunto de la sociedad.
