El Centro de Investigación del Deporte de la Universidad Miguel Hernández de Elche va a diseñar una rutina deportiva dirigida a pacientes con cáncer de colon, con el propósito ayudarles a afrontar la enfermedad en mejores condiciones físicas, y que éstas repercutan en su mejoría.

Cada vez hay más evidencias científicas de los beneficios físicos y psicológicos del ejercicio físico tanto durante como después del tratamiento de esta enfermedad, sostiene el profesor David González, que dirige el trabajo. Sin embargo, solo el 40% de las personas que superan la enfermedad realizan la actividad física necesaria recomendada por las principales instituciones médicas.

Los expertos apuntan a que la actividad física disminuye tras el diagnóstico y solo entre el 5% y el 10% de los pacientes hace actividad física durante el tratamiento, y entre el 20% y el 30% después del tratamiento.

Por tanto, destaca el profesor David González, resulta importante conocer los factores que influyen en la adherencia a la actividad física en pacientes con cáncer para poder desarrollar programas de ejercicio físico efectivos.

En esta línea, el proyecto que acaba de poner en marcha la UMH pretende elaborar un modelo motivacional de las variables determinantes de la práctica de actividad física durante el tratamiento en pacientes de cáncer colorrectal, y testar los efectos biológicos y psicológicos de un programa de actividad física.

Los principales tratamientos del cáncer son la cirugía, terapia sistémica y radioterapia. Los expertos de la UMH quieren contribuir a mejorar estos tratamientos con pautas deportivas específicas.

Diferentes meta-análisis y revisiones sistemáticas muestran que el ejercicio físico puede tener efectos físicos y psicológicos positivos para el paciente durante el tratamiento. Mejoras de la condición física aeróbica, fuerza de tren superior e inferior, peso corporal, porcentaje de grasa, calidad de vida, humor, autoestima, y reducción de la ansiedad son algunos de los beneficios.

Además, con deporte se puede mejorar el índice de masa corporal, el nivel de ejercicio físico,la tasa de supervivencia y la esperanza de vida, así como reducir la fatiga, síntomas generales, efectos secundarios y recaídas.

Un análisis reciente recalca la importancia del ejercicio físico para evitar la pérdida degenerativa de masa muscular, típica de pacientes en tratamiento, que se ha asociado con la toxicidad de la quimioterapia y la progresión metastásica del tumor durante el tratamiento; y con otras variables después del tratamiento, como alteraciones en la función física y la movilidad, y un incremento en la tasa de mortalidad. Esta revisión muestra también la importancia del ejercicio físico para la mejora de la calidad de vida, autoestima, felicidad e imagen corporal, y para la reducción de la fatiga, ansiedad y depresión.

Concretamente, en el cáncer colorrectal se ha encontrado que el ejercicio regular y la mejora de la condición física se asocia con muchos indicadores de calidad de vida, con una menor probabilidad de recurrencia y con un menor riesgo de muerte.

Un estudio realizado en 2006 evidenció que pacientes que andaban al menos seis horas semanales a intensidad moderada tenían un 47% más de posibilidades de sobrevivir a la enfermedad.

Otro estudio con 600 mujeres diagnosticadas de cáncer de colon mostró que aquellas que incrementaban su ejercicio físico tras el diagnóstico tenían un 52% menos de posibilidades de morir por la enfermedad comparado con aquellas que no cambiaban su compromiso con el ejercicio. Sin embargo, las que disminuían la cantidad de ejercicio realizado tenían un 32% más de posibilidades de morir por la enfermedad.

Los investigadores de la Universidad Miguel Hernández han iniciado la ronda de entrevistas previas a pacientes con cáncer colorrectal, en colaboración con el Hospital del Vinalopó, con el propósito de conocer qué factores influyen para que hagan o no deporte.

Una vez hayan concluido la fase de entrevista, para la que quieren contar con un total de 150 pacientes, diseñarán rutinas deportivas adaptadas a la edad y el grado en el que se encuentre la enfermedad. Después llegará el momento de poner en práctica las rutinas, con el fin de comparar la progresión de los afectados que siguen las pautas deportivas con otros que sólo se someten al tratamiento médico que se estipula en estos casos.

El proyecto tendrá una duración de tres años. Pasado este tiempo, el Centro de Investigación del Deporte de la UMH espera contar con una base científica sólida que aporte claridad a las evidencias que se han ido apreciando durante los últimos años. La intención de la UMH es obtener financiación del Ministerio de Economía y Competitividad para desarrollar el proyecto.Antecedentes

El Centro de Investigación del Deporte ha desarrollado hasta fecha estudios para demostrar los beneficios del deporte para evitar la obesidad infantil, o para frenar el avance de enfermedades como el Alzheimer.