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Un año de parón en el Servef

Vecinos denuncian el retraso de la nueva oficina de los Pisos Azules y las molestias que genera el servicio

El ascensor para salvar escaleras que utilizan los usuarios con la llave que lleva el personal de seguridad. antonio amorós

Convivir con un servicio público por el que pasan cada día cientos de personas no es fácil. Así lo sostienen vecinos de los Pisos Azules de Elche que no ven la hora en que el Servef del centro de la ciudad cuente con su nueva oficina con acceso directo desde la calle Mariano Benlliure, para dejar la que ocupa en un local del entresuelo, y que obliga a los vecinos a compartir espacios comunes con los usuarios que acuden cada día a realizar sus trámites.

La intención de la Generalitat Valenciana es reubicar la oficina del centro de Elche en el local que anteriormente ocupaba la Cámara de Comercio, y que ha adquirido en propiedad. La inversión global, sumando compra del inmueble y la reforma, es de unos 500.000 euros. Pero desde hace más de un año, cuando se demolió el interior del local, para crear nuevos espacios, no se ha movido ni un ladrillo, dejando el proyecto paralizado. Es más, recientemente se tapiaron varios ventanales por motivos de seguridad.

Primero, admitieron desde la Administración autonómica, fueron problemas con un ascensor, que ya se resolvió. Pero ahora queda por acometer una obras de impermeabilización del complejo, de las que se debe hacer cargo una nueva comunidad de propietarios, que ha sido necesario constituir, y que es independiente de la del resto de locales y viviendas de los Pisos Azules.

Este retraso ha generado más tiempo de molestias para los vecinos de los Pisos Azules, que ven como cada día decenas de personas se quedan en las zonas comunes de la comunidad de propietarios porque el local que ocupa el Servef en el entresuelo es insuficiente para acoger a todas las personas que acuden al centro.

«Ya no es sólo que se ocupe una zona común. El problema es que se genera suciedad, se fuma y todo al final son problemas que tenemos que resolver el resto de propietarios», apuntaba un vecino del inmueble.

Una de las decisiones que se adoptó para minimizar las molestias, en tanto que se traslada el servicio, fue restringir el uso del ascensor para llegar al entresuelo. Los vecinos permiten que lo utilicen las personas que tienen movilidad reducida, pero éstas deben avisar a los trabajadores del Servef para que envíen al empleado de seguridad con la llave que permite hacer uso del ascensor.

«No es justo que todos los vecinos tengamos que costear el mantenimiento de un ascensor para uso público», decían varios vecinos, que insistían en no poner pegas a que lo sigan utilizando, en lo que se retoma el proyecto de la nueva oficina, las personas con movilidad reducida.

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