Aproximadamente un 3% de los niños nacidos en la provincia de Alicante han venido el mundo con ayuda de técnicas de reproducción asistida y gran parte de ellos son debidas a la fecundación de un óvulo donado. En Elche, desde 2014, el número de donaciones de óvulos ha crecido en un 50%. Si hablamos de la provincia, la cifra se equipara aunque el incremento es sensiblemente menor que en la ciudad ilicitana, un 45% más de nuevas donaciones en los últimos tres años. Este incremento se debe en gran medida, según aportan desde clínicas de reproducción asistida de la provincia, a que hay más demanda de óvulos jóvenes que ayuden a que mujeres en edades entre los 40 y los 50 años puedan quedarse embarazadas.

En este sentido, hay personas que retrasan la edad de su primer embarazo hasta edades de más de 37 años motivadas por la crisis económica y por no poder hacer frente, económicamente, a la llegada de un nuevo mienbro a la familia. En consecuencia, esta situación es una de las causas de que aumente la media de edad de las pacientes que se someten a un tratamiento de reproducción asistida. En esta edad disminuye la reserva ovárica y los óvulos presentan peor calidad. La inestabilidad laboral también provoca más estrés que, a su vez, repercute en la capacidad reproductiva tanto de las mujeres en la provincia como en la de los hombres. Los expertos de las clínicas de reproducción asistida alertan de que el retraso de la maternidad implica mayores dificultades a la hora de conseguir el embarazo y riesgos durante la gestación.

Así, la mayor demanda de óvulos jóvenes promueve que haya mujeres que se sometan a un riguroso tratamiento hormonal que se dura , al menos, dos meses y una punción en el ovario para la extración de ovocitos. A cambio, ellas reciben unos 1.000 euros por su tiempo y por las molestias de un procedimiento incómodo y también doloroso.

Según datos oficiales, la mayor parte de estas mujeres donantes son estudiantes, con menos de 29 años. Además, aproximadamente un tercio de ellas son extranjeras. En este caso, no imortan si la persona ha sido madre o no anteriormente. En muchos casos, algunas de estas donantes inician este proceso largo y complicado motivadas por la compensación económica. Si bien la legislación vigente establece que la cesión de ovocitos nunca podrá tener un carácter lucrativo. No obstante, estudiantes o chicas con pocos ingresos o sin ellos, son el perfil de mujeres que se someten a ese trance. El proceso acaba en la camilla de un quirófano, donde la donante es anestesiada para una punción ovárica y es una intervención que no está exenta de riesgos. A pesar del aumento de donaciones, no todas las personas candidatas a este proceso riguroso acaban siendo admitidas. En algunos casos, los óvulos de las donantes no son adecuados o ellas abandonan el proceso antes de tiempo.

Procedimiento

Mediante una estimulación ovárica a base de inyecciones, un proceso de hormonación de dos meses y a una punción con anestesia con la que se extraen entre seis y diez ovocitos, se consiguen los óvulos para estas donaciones. A esta práctica se añaden revisiones médicas y psicológicas y diversos análisis periódicos. Después de una donación, hay que dejar pasar tres menstruaciones para poder volver a someterse a este procedimiento.

En el caso de los hombres, el procedimiento es mucho más sencillo y, por tanto, menos lucrativo, porque por cada muestra de semen se llevan unos 50 euros. De todas formas, también deben pasar por un exhaustivo análisis médico y donar varias muestras.