¿Qué balance hace de sus siete años al frente de la Cátedra Miguel Hernández?
A lo largo de estos siete años se han cumplido los objetivos que motivaron la creación de esta cátedra, como eran la difusión de la obra y vida del poeta oriolano, el apoyo a la investigación en torno al autor y la potenciación de la presencia de Miguel Hernández en el mundo universitario. Por otra parte, inicié mi dirección en 2010, año dedicado a conmemorar el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, y finalizo esta tarea en 2017, declarado como año hernandiano por la conmemoración del 75 aniversario de su fallecimiento.
¿Cree que la UMH está potenciando su figura?
Son muchas las vinculaciones del poeta con la universidad que lleva su nombre. La propia creación de esta cátedra manifiesta el interés de la UMH por la figura de Miguel Hernández, ya que se trata de la única universidad española y extranjera que cuenta con una cátedra dedicada íntegramente a él. A esto se une su nombramiento como Doctor Honoris Causa realizado por la UMH en 1998, así como múltiples actividades llevadas a cabo, como la participación en la Senda del Poeta, exposiciones, recitales...
¿Qué le parece que su legado no esté en la ciudad de Elche?
Creo que lo importante no es la ubicación del legado de Miguel Hernández sino su estudio, investigación y difusión. Otro aspecto importante es que se ha mantenido la unidad del legado evitándose la dispersión del mismo. Esto facilita a los investigadores el acceso al legado a través de la web creada por el Instituto de Estudios Giennenses, organismo de la Diputación Provincial de Jaén.
¿Considera que el legado debe regresar a Elche?
La ciudad de Elche ha sido depositaria, durante muchos años, del legado hernandiano, que dejó la familia en el Archivo Municipal. Por lo tanto, existe una estrecha vinculación entre el poeta y Elche que justifica el esfuerzo de distintas instituciones municipales, universitarias y culturales ilicitanas por mantener el legado hernandiano en la ciudad.
Este año ha sido el 75 aniversario de su muerte, ¿cree que se ha conmemorado adecuadamente?
La celebración de esta efeméride hernandiana ha tenido un amplio eco en España y en el extranjero mediante publicaciones, congreso internacional, exposiciones, recitales, conciertos... La declaración de «Año de Miguel Hernández», efectuada por el Congreso de los Diputados, ha tenido una amplia repercusión que constata la perenne actualidad del mensaje hernandiano.
¿A qué se va a dedicar ahora que ha dejado la cátedra?
Tengo en proyecto la preparación de varias publicaciones sobre la vida y obra de Miguel Hernández que he tenido algo abandonadas durante este periodo de dirección de la cátedra. Asimismo, sigo presidiendo la Asociación de Amigos de Miguel Hernández, así como formo parte del Patronato de la Fundación Cultural.
¿Va a seguir investigando sobre la figura del poeta?
La definición que dio el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, para el que Miguel Hernández es un poeta necesario, sigue estando vigente todavía, ya que el mensaje de compromiso y solidaridad que se aprecia en la vida y en la obra del poeta sigue y seguirá vigente mientras haya niños yunteros, tristes guerras, cárceles que se arrastran por la humedad del mundo, hombres que acechan al hombre, niños que se alimenten con sangre de cebolla... En definitiva, el abanico de campos de investigación en la vida y obra hernandiana son muy amplios y diversos.
¿De dónde nace su pasión por Miguel Hernández?
Supongo que mi descubrimiento nació, como el de la mayoría de personas, a través de la lectura de sus poemas y de la audición de los cantautores que musicaron su poesía. En mi caso, hay que añadir que mi trabajo en la editorial Zero-Zyx de Madrid donde, junto con otros compañeros, preparamos, en el año 1976 la primera edición de la Obra poética de Miguel Hernández en España, me acercó más al conocimiento del autor de Perito en lunas.
¿Cómo cree que está evolucionando la obra con el paso del tiempo?
El poeta y crítico Leopoldo de Luis solía comentar que, de un poeta, se puede decir la primera palabra pero nunca la última. Un ejemplo de ello es la reciente aparición pública de la elegia A mi amigo Manolo, aguador ahogado que conservaba inédita la familia del poeta. Esta revelación ha ocurrido a las escasas semanas de la publicación de La obra completa de Miguel Hernández, preparada por Jesucristo Riquelme. Esto quiere decir que el paso del tiempo va actualizando la obra y biografía del autor.
Fuera de Elche y de la provincia, ¿cuál es la imagen que se tiene de él en el resto del país?
Se suele decir que es un poeta universal. Una prueba de ello ha sido la reciente celebración, el pasado noviembre, del IV Congreso Internacional «Miguel Hernández, poeta en el mundo», al que asistieron diversos estudiosos hernandianos procedentes de distintos países como Francia, Italia, Alemania, México, Estados Unidos, India...
¿Qué ha sido lo más emotivo durante sus siete años en la Cátedra?
Quizá lo más emotivo sea algo que mediáticamente no ha tenido un especial tratamiento pero que, sin embargo, supone para mí un gran testimonio de solidaridad. Me refiero al concurso «Las desiertas abarcas», que, desde hace siete años viene organizando la cátedra junto con la Fundación Cultural y los ayuntamientos y colegios de Orihuela y Redován. Mediante este concurso se entrega a los alumnos de Educación Primaria una cartulina en la que aparecen reproducidas dos abarcas sobre las que tienen que dibujar los regalos que le gustaría recoger al niño Miguel Hernández.
