Tarde y mal. Esa es la percepción que, hoy por hoy, queda en el Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó, tras la respuesta obtenida por el Ayuntamiento de Elche, tras prácticamente una década de reivindicaciones. Fue en 2008 cuando el colectivo envió un primer informe al Ayuntamiento -entonces dirigido por el PSOE y Compromís- en el que pedían que se iniciaran los trámites de rigor para declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) los puentes de la Virgen y de Canalejas, y el acueducto de Riegos de Levante. La relevancia arquitectónica de estas construcciones era motivo más que suficiente para ampararlos con un nivel de protección que estuviera a la altura. Nada. Todo cayó en saco en roto. No hubo más suerte con el PP, y volvieron a la carga en marzo de 2016. En esta ocasión, sí hubo respuesta, eso sí, un año y medio después, y no en el sentido deseado. Desde el Ayuntamiento, con el apoyo de un informe municipal, se alegaba que sí, que se estimaba «conveniente» y «necesario» dotar a los puentes con un nivel de protección, pero mínimo: como Bien de Relevancia Local, en su categoría de Monumento de Interés Local, «sin perjuicio de que pudiera establecerse un nivel de protección mayor como Bien de Interés Cultural». No se cerraba la puerta al BIC, pero la impresión que quedó en la plataforma es que el Ayuntamiento no iba a mover un dedo. Ante ello, desde el Institut d'Estudis Comarcals, han optado por dar un paso más, y recurrir a la Conselleria de Cultura, a ver si ahí sí cuajan sus aspiraciones.

De hecho, la plataforma ya ha enviado un escrito dirigido al conseller Vicent Marzà en el que justifican uno por uno sus argumentos. De entrada, el Pont Vell, o puente de Santa Teresa o de la Virgen, como también se le conoce, es de 1756, fue una de las primeras obras de fábrica que se construyeron para salvar la rambla y, a la sazón, es uno de los más antiguos de toda la provincia, exponen en el escrito. No menos significativo es el historial del Pont Nou o puente de Canalejas, que se hizo realidad en 1913 y, durante más de 15 años, fue considerado el puente más largo ejecutado con hormigón armado, como resaltan junto a otras cuestiones. Finalmente, el acueducto de Riegos de Levante, situado junto al puente de la Generalitat, es de 1923 y tenía como objetivo conducir aportes hídricos, con un diseño que lo emparentaba con los acueductos romanos, alegan.

«Estas construcciones relacionadas históricamente con el agua y el desarrollo de Elche merecen ser mejor conocidas por los ilicitanos y reconocidas por el resto de habitantes del País Valencià», subraya el colectivo en la carta dirigida a Marzà, en la que piden que se abran los trámites necesarios para que salga adelante su propuesta.

No en vano, entienden desde el Institut que, a pesar de estar incluidos los tres puentes en el Catálogo del Plan Especial de Protección de Edificios y Conjuntos del Plan General de Ordenación Urbana vigente con una protección de tipo integral, su singularidad dentro del patrimonio valenciano debería refrendarse con una declaración, la de BIC, que reforzara la vigilancia y la protección por parte de la Generalitat.

Habrá que ver qué pasa. En cualquier caso, censuran que el Ayuntamiento ilicitano haya dejado en manos de la Conselleria la iniciativa. «Debe ser una propuesta que nazca del pueblo de Elche siendo conscientes de la importancia que tiene proteger estas infraestructuras con el máximo nivel legal», señalan.

De momento, hoy se celebra la Mesa de Patrimonio en el Ayuntamiento, y en el Institut d'Estudis Comarcals están a la expectativa para ver si, al menos, se considera en esta sesión la propuesta de Bien de Relevancia Local. Es insuficiente, pero algo es algo, y más teniendo en cuenta, como alertan, que a día de hoy sólo hay seis bienes de relevancia local en el inventario de la Conselleria. Una cifra esta que es a todas luces insuficiente, y más para una ciudad que debería proteger más su patrimonio, apostillan desde el Institut en un claro tono de reproche.