El Palmeral se someterá a una radiografía en profundidad para definir el uso y gestión de los huertos, diecisiete años después de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Un documento obligatorio, según el Ayuntamiento ilicitano, que hasta ahora no existía en la ciudad y que busca analizar las fortalezas y debilidades del Palmeral en todo su conjunto, como el área de Parques y Jardines, Medio Ambiente, Urbanismo, Cultura y Turismo. Algo, precisamente, muy reivindicado entre los colectivos defensores del Palmeral, que han criticado el abandono de algunas zonas, así como la falta de actuaciones para poner en valor el Patrimonio. Sin embargo, aunque ahora mismo ha comenzado el proceso para elaborar ese plan, el Ejecutivo local no estima tenerlo listo hasta el final del mandato.
En pleno proceso para actualizar una Ley del Palmeral, que tiene tres décadas de vigencia, y también a la espera de materializar el Plan Especial para blindar el área protegida de la amenaza urbanística, el objetivo pasa ahora por plasmar en un plan aspectos como el número de trabajadores del Palmeral, cuánto cuesta al Ayuntamiento, catalogar los huertos y las acequias, entre otros factores. Con esos datos, la intención del tripartito es hacer un frente común para plasmar el rumbo que tendrá que seguir el Palmeral, en su día a día, con actuaciones pensadas para corto y largo plazo. Entre las acciones más inmediatas destacará, por ejemplo, la inclusión de los huertos urbanos para fomentar el uso agrícola dentro del propio Palmeral, como el caso del Hort de Felip, que se convertirá en la primera parcela dentro del área histórica con una iniciativa de este tipo el próximo año, tal y como señaló ayer el concejal del área, Antonio García. También habrá un registro de los huertos que recibirán agua regenerada, una vez que se ponga en marcha el proyecto para conducir el suministro desde la depuradora de Algorós hasta la Acequia Mayor del Pantano. La intención es mejorar la calidad de riego de los ejemplares para reducir la salinidad. Un proyecto en el que ya se ha comenzado a trabajar, aunque todavía no hay plazos para que se ponga en marcha.
Precisamente, la necesidad de mejorar el agua que llega hasta los huertos de palmeras es una de las reivindicaciones de colectivos como Volem Palmerar, que achaca a la falta de vitalidad que tienen los ejemplares el exceso de salinidad, así como a la falta de abono.
Más allá del problema de la plaga del picudo y de la Paysandisia, la agrupación también alerta de los problemas que ha acarreado la utilización de la grúa para realizar las podas, en lugar del sistema de trepa tradicional que permitía ascender a las zonas más altas. «Los palmereros son los que vigilaban el picudo con mayor profundidad y eso no se está haciendo ahora, por lo que aumentan los riesgos. Eso, unido al descuido de los ejemplares porque no se está podando», apunta Susi Gómez, presidenta de Volem Palmerar, que señala que la asociación continúa recibiendo denuncias por la dejadez de los huertos.
Este lastre, que viene sufriendo el Palmeral en los últimos dos años por la decisión del Ayuntamiento a dejar de usar la cuerda tradicional en la vía pública, ante la falta de homologación, es especialmente criticado por el gremio de profesionales. «El servicio sale más caro con la grúa y es mucho más lento. Además, con la trepa se podía detectar el picudo con más facilidad», explica Vicente Campos, secretario de la Asociación de Palmereros de Elche (Apelx).
Junto a estos reclamos, las agrupaciones en defensa del Palmeral también ponen el foco en empezar cuanto antes a dar un uso agrícola a los huertos, a darles contenido, para combatir el abandono y enriquecer los huertos históricos. Desde Volem Palmerar y Apelx coinciden en que queda mucho camino por recorrer para poner en valor el Patrimonio de la Humanidad y para promocionarlo. Advierten de la necesidad de desarrollar el potencial que tiene y de recuperar su estado de los años cincuenta.
«Es muy importante empezar a darles un uso y una gestión. Se ha mejorado bastante en estos dos años y se está trabajando en buscar nuevas opciones», señala Pascual Serrano, presidente de la Asociación para el Desarrollo Rural del Camp d'Elx (ADR).
