A Carmen hace nueve años le dieron una de las peores noticias de su vida. Tenía cáncer de mama en un estadio medio. Lo descubrió en una visita rutinaria al médico de cabecera. Entonces, empezó una lucha dura que le ha llevado a pasar meses de ingresos hospitalarios, de sesiones de quimioterapia y alguna recaída. En la última de ellas se dijo: «cuando me cure del todo voy a correr la carrera de Amacmec, la más larga, aunque tenga que acabar de rodillas». Ayer Carmen cumplió su promesa, de pie, y fue una de las más de 10.000 personas que corrieron la XIII edición de la carrera solidaria que organiza la Asociación de Mujeres Afectadas por el Cáncer de Mama de Elche y Comarca, (AMACMEC). Carmen ya está totalmente curada y «ha sido gracias a la sanidad pública, quiero recalcarlo, que me ha ayudado a seguir aquí», apuntó emocionada la ilicitana.
Junto a ella, con ella, miles de ilicitanos y visitantes de otras localidades hicieron realidad ayer la convocatoria más multitudinaria de este evento cuya recaudación va para investigar y combatir la enfermedad y para financiar las actividades de Amacmec, quienes dan apoyo y soporte a todas las personas que atraviesan el trance del cáncer de mama. En total se repartieron más 9.500 inscripciones, aunque, como es tradicional, más gente se sumó a la marea rosa aún sin tener dorsales. Las camisetas, pañuelos, cordones, mochilas y otros accesorios llenaron Elche del color oficial de la asociación y de la lucha contra el cáncer de mama.
Este año, una de las pruebas deportivas más multitudinarias de la ciudad se superó y, de hecho, las inscripciones a través de internet se cerraron a principio de semana porque se vendieron todos los números disponibles online de manera muy rápida. Ya a mediados de semana solo se podía conseguir los dorsales a través de la sede de Amacmec y de una tienda deportiva que colabora habitualmente con ellas.
Decenas de voluntarias hicieron posible que el evento con miles de personas saliera a la perfección. Durante el recorrido, muchas de las encargadas se ocupaban de dar ánimo a los participantes, sobre todo a los que se acercaban a la recta final. Ya cruzando la línea de meta los participantes de la carrera de 10 kilómetros o de la marcha de 5 kilómetros se encontraban con una fiesta en la que grupos de baile también animaron la mañana soleada de este evento al que, además, mucha gente se ha unido a posteriori para disfrutar de los actos paralelos a esta carrera. El Paseo de la Estación se transformó en una auténtica fiesta animada con música, el servicio de avituallamiento con coca, frutas y agua, la atención de fisioterapeutas y las actividades infantiles.
El carácter deportivo de esta carrera no es lo más importante. Muchos de los participantes se acordaron de familiares que ya no estaban tras haber sufrido un tumor, pero también hubo muchos casos de superación y de haberse recuperado de la enfermedad en primera persona, como Carmen, o de casos cercanos de mujeres que han logrado superar el cáncer o luchan por ello. La superación y la esperanza son la clave.
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