La Asociación de Déficit de Atención con y sin Hiperactividad y otros Trastornos del Aprendizaje (ADAHTA) ha realizado esta mañana una concentración en la Plaça de Baix para dar visibilidad a este trastorno y concienciar a la sociedad de la importancia de su diagnóstico y tratamiento prematuro para evitar problemas de conducta en la edad adulta. La concentración se ha realizado en el marco de la X Semana Europea de Concienciación sobre el TDAH, un trastorno de origen neurobiológico que comienza en la infancia con un patrón persistente de síntomas de hiperactividad, impulsividad y déficit de atención.

La concentración, que ha contado con representantes de varios grupos municipales ha servido para reivindicar más medios, tanto en las aulas como fuera de ellas, para atender a estos niños. Este año, el manifiesto global, al que ha dado lectura el edil de Sanidad, Carlos Sánchez, ha reivindicado la necesidad de prestar especial atención a las niñas, ya que en suelen presentar un tipo de trastorno más introvertido, caracterizado por despistes continuos y no tanto relacionado con la hiperactividad, que puede pasar desapercibido.

Desde la asociación. su presidenta a nivel local. Reyes López, ha reivindicado más medios de apoyo tanto en las aulas como ayudas para los tratamientos a las familias, con el fin de corregir el trastorno y que los problemas de conducta no se trasladen a la edad adulta. Aseguran que el trastorno afecta a un 5% de los niños, lo que supone una media de dos casos por aula. De ahí que sea necesario el refuerzo del profesorado y una especial atención desde el departamento de psicopedagogía para conseguir la atención de los pequeños.

Entre un 3% y un 5% de la población padece el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), un trastorno que suele tardar en diagnosticarse y que una de las principales consecuencias) es el fracaso escolar. El problema presenta varios síntomas, como no ser capaz de concentrarse, ser hiperactivo o ser incapaz de controlar el comportamiento. Con frecuencia comienza en la niñez, aunque puede continuar en la edad adulta. Según Victoria Meléndez López, especialista de la Unidad de Psiquiatría y Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Torrevieja, "es importante destacar la importancia de hacer una buena evaluación con un equipo integral y no conformarnos con una valoración más simple. Además del fracaso escolar, las consecuencias de no estar diagnosticado son el empeoramiento de las relaciones sociales, los trastornos de ansiedad, la baja autoestima, una mayor probabilidad de accidentes y una mayor prevalencia o la frecuencia en el consumo de tóxicos".

Se trata de un problema social por su alta incidencia en la población infantil y juvenil, así como por las consecuencias psicológicas que genera. Además de las dificultades y comorbilidad que sufre el propio afectado y su entorno. Los trastornos de conducta en casa son, entre otros, la desobediencia reiterada, las rabietas, el desorden, los insultos o las conductas agresivas. En el colegio no captan adecuadamente las normas de convivencia y se muestran incapaces de suprimir conductas impropias, como hablar en clase, molestar a los compañeros, interrumpir, etc. "Todo ello lleva a estos niños a vivir experiencias sociales negativas, a sentirse rechazados por parte de los demás y, en última instancia, a tener menos oportunidades de aprendizaje social", señala la especialista del Hospital Quirónsalud Torrevieja.