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Richard Bernstein: «Cuantas más dificultades y obstáculos tienes en la vida, mejores decisiones tomas como juez»

El I Congreso Nacional de Derecho de la Discapacidad sigue su curso en Elche y hoy llega a su jornada final

El magistrado estadounidense Richard Bernstein, ayer, en el Centro de Congresos de Elche. ANTONIO AMORÓS

Su caso es un claro ejemplo de que las personas con discapacidad

Las personas con discapacidad tienen una resistencia inferior y nada les viene fácil. El hecho de que esto pase les aporta una pasión interior que les permite continuar pese a las circunstancias adversas. Cuando no viene nada fácil, te acostumbras a trabajar el doble, mucho más duro, para conseguir las cosas que no podrías hacer.

La conferencia con la que hoy va a clausurar el congreso

Va más allá. Las personas con discapacidad ya sabemos lo que somos capaces de llegar a conseguir. El objetivo de mi conferencia de clausura es que la gente que no tiene discapacidad comprenda lo que nosotros podemos lograr. Nos tienen que tender la mano para poder hacerlo.

Una de sus grandes reivindicaciones es la de que todas las personas con discapacidad tengan derecho a votar...

Esto es algo crítico. Las personas con discapacidad deben tener el derecho a voto sin excepción. La razón por la que lo digo es porque votar crea igualdad. Si a una persona le quitas este derecho, la conviertes en inferior. Se quedan sin poder de representación y sus gobiernos no les prestarán atención. Esto también afecta al espíritu de las personas. Nosotros estamos desesperados por formar parte de la comunidad y de la herencia, tenemos mucho que ofrecer.

Su llegada a la Corte Suprema de Michigan fue por elección de los ciudadanos, ¿aquello le emocionó mucho?

Sí, claro que me emoción ser elegido por los habitantes de mi Estado, en el que viven once millones de personas. Lo más increíble de todo aquel proceso es que tuve que viajar por las ciudades de Michigan y me di cuenta de que muchas personas como yo tenían que vivir en instituciones. No hace tanto, 50 o 60 años, estábamos aislados, la gente decía que las personas con discapacidad teníamos que vivir fuera. Que yo haya sido elegido, demuestra que no debe ser así.

¿Qué le llevó a ser juez?

Tuve una conversación con unos jueces. Les pregunté que qué era lo que hacía bueno a un juez. Me dijeron que lo importante era la escuela a la que habías ido y tu trayectoria académica. Nada tiene que ver con esto en la realidad. Lo que hace a una persona un buen juez es el trasfondo de su vida. Cuantas más dificultades, problemas y obstáculos hayas tenido, mejores serán las decisiones que tomarás como juez. La gente sin adversidades no tiene empatía para alcanzar las decisiones correctas.

¿Qué supone para usted servir en la Corte Suprema?

Soy uno de los jueces que lo decide todo, somos la última palabra para interpretar la ley en Michigan. Nuestras determinaciones son el veredicto. Escuchamos todos los casos: asesinatos, situaciones civiles, medioambientales, leyes de la vida familiar? Si tienes a siete personas iguales tomando decisiones, con las mismas experiencias y educación, no tendríamos una perspectiva adecuada. Se necesitan personas diferentes para representar a toda la gente. Como invidente, puedo cambiar el funcionamiento de la Corte.

¿Cómo consigue durante el día a día llevar a cabo su tarea?

Es un trabajo muy intenso. Lo que a otros les cuesta una hora, a mí me lleva cinco. Mis días son muy largos y no descanso. Tengo seis secretarios que trabajan en mi oficina. Así nos aseguramos estar preparados para todas las situaciones. Tengo que memorizar 26 casos todas las semanas para ser capaz de argumentar a favor o en contra. La vida de esas personas depende de mí, es su última oportunidad para salir de la prisión. Tengo que hacer ese trabajo con éxito y, si eso significa trabajar 15 horas al día y dormir menos, lo hago.

Su trayectoria vital también destaca por su capacidad atlética, ya que ha completado 21 maratones y un ironman

Esto es una metáfora de todo lo que acabo de decir. En estas pruebas tan duras no puedes descansar ni hacer un alto. Si descansas, no llegarás a tu marca y serás descalificado. El trabajo de dos años se iría al traste. Las personas con discapacidad tenemos un espíritu especial, por eso puedo ser juez e ironman.

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