La cifra de gatos callejeros sin control supera ya los 4.000 ejemplares en todo el término municipal de Elche, según el censo que dispone la asociación local Ces, encargada de capturar, esterilizar, desparasitar y soltar a los felinos, además de alimentarlos, bajo unas normas. Un elevado número que el colectivo quiere atajar con su plan anual para castrar a los ejemplares, con el objetivo de frenar su reproducción en la calle. Por el momento, el colectivo formado por siete voluntarios ha logrado ya esterilizar un total de 1.600 gatos y aumentar el número de colonias vigiladas. Este año, la ayuda que ha concedido la Diputación al Ayuntamiento es de 21.000 euros.

Sin embargo, para conseguir este desafío, la asociación se enfrenta a obstáculos en su día a día. Uno de ellos es el creciente abandono de felinos domésticos que ha detectado la asociación, sobre todo en zonas que ya están controladas y esterilizadas. Como ejemplo, la treintena de gatos abandonados en el huerto de Portes Encarnades. Paralelamente, en lo que va de año, el colectivo ha registrado ya más de 120 ejemplares en estas condiciones que han tenido que ser dados en adopción.

Y es que, según advierten desde el colectivo, la mayoría de estos gatos perdidos o abandonados tienen pocas posibilidades de sobrevivir, a no ser que sean rescatados, cuidados en la calle, o encuentren una colonia donde toleren la llegada de gatos nuevos.

A este lastre para tratar de castrar a los felinos callejeros se suma otro y es la alimentación que realizan particulares por su propia cuenta y sin ninguna regulación en la vía pública. Algo que no solo desata el malestar de los vecinos, sino también perjudica el proyecto de esterilización de los animales. El principal inconveniente, según apuntaron desde Ces, es que estos hábitos contribuyen a descontrolar las colonias que ya están vigiladas y esterilizadas, además de propagar otros focos de gatos callejeros en zonas donde se producen quejas, como centros educativos o solares privados.

Poner cerco a la trasmisión de enfermedades de este tipo de animales que habitan en la calle es uno de los objetivos del seguimiento de los territorios ocupados por los felinos. Principalmente, porque, según apuntaron desde la asociación, los gatos recién nacidos son los que más patologías pueden sufrir. De ahí la importancia de controlar su reproducción masiva.

El barrio de El Raval, el Huerto de la Virgen, el Parque de Tráfico, la zona de Porfirio Pascual más próxima al río, el entorno del Centro de Congresos, el parque Jaume I y, más recientemente, el huerto de la Cuerna, en Altabix, son áreas que están protegidas, de manera que los gatos que habitan en estos espacios están esterilizados y reciben una alimentación controlada. En estos puntos, los cuidadores se dedican a llevar comida a los ejemplares únicamente por las noches y por las mañanas se retiran los recipientes.