«Tuve una guardería durante diez años y cuando tuve a mis hijos decidimos que me dejara el trabajo para dedicarme a cuidarlos. Ahora, que he divorciado y son mayores, necesito un empleo y cobrar», señala una de las usuarias del Programa Clara, que con sus 47 años ha sido seleccionada para desarrollar un plan de formación para mujeres en riesgo de exclusión social. Como ella, otras quince han participado en la iniciativa y cuatro han desarrollado sus prácticas en la empresa mixta municipal Aigües d'Elx.

Las historias y la situaciones económicas difíciles se extienden entre las participantes. «Llevaba seis años sin trabajar, cobrando una ayuda por violencia de género», reconocía ayer otra de las mujeres. Junto a la complejidad de su caso, otra compañera apuntaba haber estado veinte años trabajando, pero después de que cerrara su empresa, tan solo había podido acceder a trabajos temporales y por horas. «Ahora llevo 16 meses parada y tener esta oportunidad es un regalo», afirmó ayer.

Todas ellas, desde finales de marzo comenzaron a recibir formación en redes de agua y ahora, una parte de ellas, han comenzado a poner en práctica lo aprendido en la depuradora, en logística, en inspección de contadores, en avisos por alertas, etc. «Las mujeres pueden desarrollar trabajos en las mismas condiciones de igualdad que los hombres y en estos momentos desarrollan puestos en los que están demostrando que ellas pueden desarrollarlo igualmente», explicó ayer la concejal de Igualdad, Tere Macià.

El Ayuntamiento, a través de la Casa de la Dona y en colaboración con el Instituto de la Mujer, ha puesto en marcha con financiación del Fondo Social Europeo el programa Clara, dirigido a mejorar la empleabilidad de mujeres en situación de vulnerabilidad, que ha permitido formar a operarias de mantenimiento de redes de agua.

Formación por fases

El programa Clara se desarrolla a través de un itinerario que consta de varias fases en las que se tienen en cuenta tanto los aspectos personales, como los profesionales, de las mujeres con el fin último de mejorar la empleabilidad. Los colectivos a los que se dirige el programa son víctimas de violencia de género, responsables de núcleos familiares, mayores de 45 años sin titulación, pertenecientes a minorías étnicas, inmigrantes, discapacitadas o reclusas.

La iniciativa comienza por la motivación, en la que se trabaja la autoestima y la adquisición de habilidades sociales; sigue con la información y orientación para definir el perfil profesional; la formación continúa orientando a las participantes hacia nichos o demandas de mercado en la zona donde se desarrolla y acaba con la búsqueda de empleo.