Elche Parque Empresarial acoge mañana, a las 18 horas, una master class a cargo del director del Sector Financiero del IE Business School, Manuel Romera, que abordará la volatilidad económica y los riesgos políticos. El experto evaluará en Elche los últimos acontecimientos políticos y económicos, así como su efecto en los mercados.
¿Por qué situación considera que atraviesa actualmente la economía en España?
En España y, en general, en el mundo hay un riesgo geopolítico importante, una sensación de que todo está cogido con alfileres. Y a la vez ese riesgo está introduciendo, sorprendentemente, una conjugación con una confianza en los mercados, confianza empresarial, generación de riqueza y PIB, y una situación de creación de empleo. Estamos ante una bipolaridad. Por una parte, un riesgo geopolítico aparentemente importante, y, por otra parte, el proceso catalán que está produciendo unos miedos escénicos en todos los españoles. Todo esto acompañado del crecimiento, y la creación de empleo, deja una conjugación difícil.
¿Cuál va a ser la consecuencia de esta bipolaridad?
La afectación del tema catalán al Producto Interior Bruto va a ser más que considerable. Se habla de, en escenarios relativamente optimistas, un decrecimiento en España del 0,4% y en Cataluña del 0,7%. Y en el escenario más arriesgado se apunta a un decrecimiento en España del 1,2% y del 2,5% en Cataluña. La situación sobrevenida es espectacular. El proceso de independentismo podría llevar a Cataluña a la recesión, con el efecto que eso tendría en el empleo, las exportaciones o la financiación. Las consecuencias económicas son la parte más importante.
¿Cree que la fuga de empresas de Cataluña irá a más?
El miedo es libre y, mientras haya riesgo político de tanta consideración y con tanta presencia en los medios de comunicación, es posible que sea así. El embargo comercial a empresas catalanas está siendo un hecho, y hay algunas compañías que están diciendo que van a cerrar. Es una pena que en un mundo en el que todos estamos acostumbrados a unirnos, a competir, a gestionar y a generar eficiencia en un mundo unido, resulte que haya una parte de España que quiere separarse, aunque parezca sorprendente.
¿Cómo puede afectar la caída del PIB a las empresas y las familias?
Afectará de manera muy traumática. El empleo siempre viene por el crecimiento, y las familias se van a ver afectadas por la falta de seguridad jurídica, y también por los conflictos dentro del propio seno familiar.
En un momento con tanta incertidumbre y riesgos políticos, ¿en qué hay que confiar?
Hay que confiar en el sentido común, y en que, al final, el hecho del proceso catalán volverá a su cauce, y se tendrán que depurar responsabilidades penales y civiles. Una Cataluña independiente sería un caos, por lo que hay que confiar en el sentido común.
¿Cómo cree que se ha gestionado esta crisis?
Echo en falta que se haya pensando en las consecuencias económicas, y eso es una pena. Sería lógico que el proceso se hubiese pensado más teniendo en cuenta las consecuencias económicas de la aplicación del 155, más allá del control gubernamental.
¿Qué opinión le merece el desarrollo económico de la provincia de Alicante?
Alicante está haciendo muchas cosas bien. Su capacidad de explotación turística es desmedida, pero hay temas pendientes, como es la zona franca, teniendo en cuenta la cantidad de empleo que eso generaría.
¿Cuál es a su juicio el hándicap de Alicante?
El hándicap de Alicante es que no es capaz de exportar al nivel al que podría exportar. La exportación de Alicante es de menos del 2% del total de España cuando su Producto Interior Bruto es superior al 4%, con lo que el gran reto de esta provincia es exportar, y que su gran actividad manufacturera e industrial sea productiva de cara al exterior.
