La escasez de agua para cultivos lleva a los agricultores a buscar fórmulas que les permitan optimizar aún más los recursos disponibles. El riego a manta, la forma más tradicional para regar, dio paso al sistema por goteo, que permitió ahorrar mucha agua, y se ha ido implantado en el Camp d'Elx durante los últimos años con importantes inversiones. Avances que han convertido al sector agrícola de la provincia en un ejemplo en cuanto a la optimización de los recursos hídricos. Sin embargo, siempre se puede ir más allá. Una prueba de ello es la implantación del sistema de cultivo hidropónico que, además de permitir plantar hortalizas sin hacer uso del suelo, favorece una utilización mucho más eficiente de los recursos hídricos disponibles. El cultivo hidropónico permite cultivar plantas en sacos con soluciones minerales en vez de suelo agrícola y utilizar menos agua.

En Elche su implantación está siendo progresiva en explotaciones de invernaderos, donde optan por unos sacos rellenos de sustratos, fibra de coco o lana de roca, que no están en contacto con el suelo, para plantar tomates, calabacines o pepinos, entre otras hortalizas. Estos sacos se colocan encima de plásticos, para que todo el agua se quede en el saco, y no se filtre al suelo, evitando, además, las posibles enfermedades de la tierra, como puede ser la aparición de hongos, que afectan al normal desarrollo de las cosechas.

Aunque este sistema de cultivo requiere, como apunta el presidente de Asaja Jóvenes Agricultores de Elche, Pedro Valero, varios riegos al cabo del día, a la larga permite optimizar los recursos hídricos, porque, como apunta la agricultora Mari Antón, «se riega varias veces al día, pero solo dos minutos. Y se utiliza tan solo la cantidad de agua que necesita la planta, no se pierde nada», alega.

De esta forma, apuntan los expertos, el derroche de agua está totalmente descartado, y el resultado son cosechas que cuentan con todas las garantías, ya que permite utilizar menos abonos que los que se pueden necesitar cuando se cultiva en la tierra. De hecho, se trata de un sistema que ha proliferado en territorios que no se consideran aptos para el cultivo.

Esta técnica ya se venía utilizando en zonas con mayor presencia de invernaderos de España, como Almería, y ahora se está empezando a ver en invernaderos de Elche. «Es el futuro del campo», indica Mari Antón, teniendo en cuenta que se trata de una opción más sostenible por su uso racional del agua, y porque a la larga necesita menos productos que los que necesita la tierra para su desinfección.

Además, los expertos defienden que la combinación de esta técnica con un buen manejo de los invernaderos permite obtener mayores rendimientos que con los métodos tradicionales.