Con la crisis catalana de plena actualidad, es imposible hablar de la politización de la Justicia sin echar la vista atrás a los últimos acontecimientos en los que varios exconsellers han terminado en prisión y hay varias causas judiciales abiertas alrededor del 1 de Octubre pendientes de resolución.

¿Se está usando la Justicia para arreglar un problema político en Cataluña?

El tema de Cataluña se tendría que haber resuelto de modo político y con una solución política. Llevamos desde el año 2013, cuando se aprueba por parte del Parlamento catalán la resolución décima que ya se recurrió al Tribunal Constitucional. El Constitucional lo dijo en la sentencia: hay que respetar la Constitución, pero no tenemos por qué militar en ella. Esto se traduce en que respetando los cauces se puede llegar a una solución. Esta resolución se llevó al Congreso y allí es donde se tenía que haber resuelto. Desde entonces todo ha sido una judicialización del conflicto. Al final, la Justicia no lo va a solucionar.

¿Hacia dónde va a desembocar esto entonces?

El artículo 155 se está aplicando suavemente, de forma correcta, pero lo que se ha generado en la calle es que va a haber debate político, otra vez, sobre resoluciones judiciales.

Habrá elecciones de nuevo en diciembre. Si los partidarios de la independencia obtienen mayoría absoluta y siguen con el proceso, ¿la solución pasa de nuevo por judicializar a los nuevos actores políticos?

Ahí está el tema. Por eso, la solución que hay que dar es política, porque de otra forma no se resuelve el conflicto.

Decía antes que el Ministerio Fiscal a veces está dormido y otras muy despierto. ¿Pensaba en Cataluña?

Bueno, estos días estamos teniendo muchos ejemplos de esto.