Equiparar las instalaciones obsoletas de un hospital que acumula cerca de 40 años a sus espaldas con la calidad de los servicios médicos prestados. Este es el objetivo del personal de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital General de Elche. El servicio de Medicina Intensiva del Hospital General obtuvo a principios del verano el certificado ISO de calidad. Se trata de un reconocimiento internacional a la eficacia de su sistema de gestión y a la calidad del trabajo del personal de la UCI. La labor viene de lejos. Comenzó en 2008 con la incorporación del protocolo Bacteriemia Zero para prevenir las infecciones secundarias a catéteres, al que siguieron Neumonía Zero y Resistencia Zero para reducir las infecciones nosocomiales -las adquiridas en los hospitales- y las infecciones por bacterias resistentes a antibióticos.

Un reto en el que el personal lleva muchos años trabajando, si bien «el objetivo nunca ha sido obtener el certificado, eso llegó después, sino mejorar la atención médica», señalan la jefa del servicio de UCI, Adoración Alcalá. Los resultados se han hecho notar. La tasa de infecciones ha caído a menos de la mitad y las infecciones por catéter se han llegado a reducir a cero en 2016. Posteriormente, esta mejora de la calidad se ha aplicado a todos los procesos que se realizan en la UCI, desde la atención clínica a la implantación de marcapasos, o la gestión de fármacos y aparatos, por ejemplo. Y esa atención de calidad se ha acreditado con la auditoría que realizó el informe que les permitió obtener la certificación ISO.

Ahora, y con la calidad médica certificada por un organismo oficial, las mejoras se centrarán en la humanización. Una de las demandas tanto de los pacientes como de los familiares pasan por poder ampliar el horario de visitas, que se limita a dos al día, para poder estar más cerca de sus seres queridos. En algunos casos, en enfermos de larga estancia en la UCI o que se encuentran muy graves, ya se permite que un familiar acompañe a la persona durante todo el día, casi como si se encontrara en planta. La gravedad de los pacientes ingresados en la UCI es muy elevada, en muchos casos crítica, por lo que la presencia de un acompañante contribuye a redimir la angustia para paciente y visitante. El objetivo pasa por ampliar esos horarios de visitas en el resto de casos, así como de dotar a las salas de televisión, para que los pacientes que estén conscientes puedan entretenerse, pues esa limitación en los horarios de visita hace que los días en esta unidad pasen de forma muy lenta para quien está ingresado durante varios días.

En este sentido, el servicio ya permite que los pacientes en la UCI puedan tener algún libro, revista e incluso el teléfono móvil para tener contacto, en los casos en los que la patología lo requiera.

Salas de espera

En este sentido, desde el centro hospitalario también señalan que las reivindicaciones de los usuarios pasan por una mejora en las instalaciones, como la sala de espera. La actual es muy reducida y, en los momentos de tensión y angustia por el estado de sus familiares, estos piden algo más de intimidad. El centro ya la ha dotado de sofás y se pintará para hacerla más confortable, pero los profesionales del servicio esperan que este premio sirva para que, desde la dirección, se cree de cara al año que viene una partida presupuestaria para poder realizar más mejoras. Lo cierto es que la antigüedad del Hospital General obliga a realizar reformas constantes para equiparar las instalaciones a los niveles de calidad habituales. Unas inversiones que se reivindican desde hace años, pero que tan solo, desde hace muy poco tiempo, se están materializando, según trasladan los sindicatos, como en el caso de la reforma de Urgencias o de la segunda y cuarta planta.