El colegio público Princesa de Asturias de Elche ha querido subir un peldaño más en su apuesta por favorecer la convivencia y en tratar de frenar la aparición de posibles casos de bullying en un futuro. Y, para ello, ha decidido aprovechar un día y medio, en el que lo habitual es disfrutar de las horas libres que genera el día festivo de Todos los Santos, para acoger un novedoso taller sobre esta cuestión, planteado desde lo que se conoce como prácticas restaurativas.
Durante la tarde del miércoles y ayer durante todo el día, una veintena de profesores, no solo de este centro, estuvo formándose de la mano de Luciana Cataldi, mediadora educativa y coach en negociación y comunicación no violenta, además de ser experta en acoso psicológico, escolar, laboral y en las redes sociales.
«Nuestra sociedad está inmersa en un modelo retributivo, es decir, hay recompensas y castigos, y esto ocurre en la escuela y en la vida en general. Lo que tratamos de aportar es otra mirada en general a través de las prácticas restaurativas», explica Cataldi, quien concreta que se trata en definitiva de restaurar lazos sociales en el tejido social.
Para ello, en este taller se enseña a que el adolescente o el adulto tome, en primer lugar, conciencia de lo que hizo para, luego, saber qué daño ha hecho y, por último, entender por qué no debe hacerlo.
«Todo conflicto pasa dentro de una comunidad. Por lo tanto, no es solo poner el foco en quién recibe el daño, sino también en quién lo hace y cómo queda dañada la comunidad», expone esta mediadora educativa quien afronta estas cuestiones a partir de tres herramientas.
Por un lado, se introduce la inteligencia emocional. La experta trabaja así con las habilidades sociales y enseña cómo gestionar las emociones.
En segundo lugar, trata de demostrar, sobre todo a los adolescentes, cómo funciona el cerebro, divulga la neurociencia y aplica lo que ella denomina neuroeducación. «Les vamos dando respuestas a por qué reaccionamos de tal modo», agrega Cataldi, quien remarca la importancia de cómo podemos cambiar la sociedad si desde pequeños tenemos el aprendizaje correcto e incluso sin ocultar la enseñanza acerca de cómo funciona la violencia y su ciclo.
Por último, Luciana Cataldi es partidaria de trabajar en círculos «para mirarnos todos por igual, desde una simetría y no desde la jerarquía de una clase», de modo que así fluya libremente la palabra y se llegue incluso a una gestión de las emociones de forma comunitaria.
Este taller es sobre todo práctico y, además, puede dar pie a conocer cuál es el grado de cohesión de un grupo docente, el cual es el encargado también de hacer llegar lo interiorizado a los alumnos.
