Como cada 1 de noviembre, miles de personas acudieron ayer a los distintos cementerios, tanto del casco urbano como de las pedanías, para reencontrarse con aquellos seres queridos que ya no están, pero que siempre quedarán en el recuerdo. La afluencia a los distintos camposantos fue masiva, si bien, según señalaron desde algunos de los puestos de venta de flores que se encuentran en los alrededores del Cementerio Viejo, «las visitas han sido muy escalonadas desde el fin de semana y hoy -por ayer- muchos vienen a hacer la visita de rigor, pues los nichos se han arreglado y adecentado con anterioridad. Lo que toca el 1 de noviembre es venir con la familia, y ver que todo está bien y dar los último retoques».

Los puntos de mayor aglomeración fueron el Cementerio Viejo y el Cementerio Nuevo, por su gran tamaño. En el Cementerio Nuevo, se registraron pequeñas retenciones en el acceso por el polígono de Carrús, y también en las salidas y entradas por Peña de las Águilas. A las afueras se acondicionaron aparcamientos adicionales, si bien dentro de las instalaciones, que se encuentran urbanizadas y a las que se puede acceder en coche, tampoco costaba encontrar plazas de aparcamiento a principios de la mañana. No obstante, la afluencia de público se fue incrementando a mediodía, para volver a ser menor por la tarde.

Sea como sea, la Policía Local estableció un dispositivo para controlar las entradas y salidas durante todo el día, con el fin de evitar embotellamientos en los dos camposantos del casco urbano. La regulación de accesos se notó especialmente en el Cementerio Viejo, donde los problemas de tráfico fueron incluso menores que durante el fin de semana, según señalaron los propios usuarios. El principal problema en este punto es que se cruza el tráfico habitual de la rotonda de L'Aljub con el trasiego hacia el Cementerio Viejo. Sin embargo, ayer apenas hubo colapso, pues los coches se desviaron a los aparcamientos junto al camposanto, y se diversificaron las salidas para no concentrarlas en la avenida.

Por otra parte, las líneas de autobuses que se reforzaron desde el sábado hasta ayer también contribuyeron a reducir el tránsito. Fueron muchos los ilicitanos que optaron por acudir en transporte público, sobre todo al Cementerio Nuevo, que se encuentra más alejado del casco urbano.

Quejas

Las principales quejas de los usuarios se localizaron en el Cementerio Nuevo y se centraron en el firme de las zonas urbanizadas, y en el estado de las aceras. El asfalto está muy deteriorado no solo en las vías que rodean el camposanto, donde principalmente en la parte de arriba los baches son una constante, sino también en el camino de acceso por el polígono de Carrús. En cuanto a las aceras, los usuarios señalaron que en muchos puntos son muy altas, y carecen de rampas para garantizar el acceso a personas con movilidad reducida.

En el Cementerio Viejo, las críticas pasan por el deterioro de las instalaciones, donde nombres de calles y plazas apenas son visibles, y dificulta la orientación de algunos usuarios, especialmente los más mayores.

Por último, tanto desde la Policía Local como desde el dispositivo sanitario desplegado trasladaron ayer que la jornada transcurrió sin incidentes graves, pese a la aglomeración de visitantes.