De nuevo en los tribunales. La firma del hotel de Arenales ha presentado ya ante la Audiencia Nacional varios recursos en contra de la resolución de la Dirección General de Costas que declaró ilegales las obras realizadas en el edificio. Así lo confirmaron representantes de la mercantil. La firma ha cumplido con su amenaza después de que este verano ya advirtiera que no les temblaría el pulso para volver a los juzgados.
La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar resolvió el pasado mes de julio el expediente abierto tras admitir varias denuncias, que advertían de irregularidades en los trabajos, considerando que la actuación llevada a cabo infringe la Ley de Costas. Desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente aseguraron que las obras de rehabilitación del hotel se transformaron en obras de nueva construcción, y que constituyen un incremento de volumen respecto a lo edificado antes de 1988. Por ello, la Administración central resolvió que el proyecto que se estaba ejecutando excede de lo autorizado en el año 2015.
Ante este freno para la mercantil, los propietarios del hotel han decidido ya retomar la lucha en los tribunales. Una realidad que durante los últimos 40 años ha llevado a dejar enquistado en el tiempo un hotel en primera línea de playa y cada vez más en ruinas.
Y es que, desde que cerraron las puertas del complejo en 1979, al estar afectado por el deslinde de Costas, durante décadas, sus propietarios, los mismos que dieron vida al negocio hotelero de la década de los sesenta, se enfrentaron a un largo proceso judicial para evitar que el inmueble se derribase. La empresa logró dos sentencias (una de la Audiencia Nacional y otra del Tribunal Supremo) a su favor que les concedió el amparo para acogerse a una concesión administrativa y seguir explotando el hotel durante 75 años, prorrogables.
Demolición estancada
Tras varios intentos fallidos, en diciembre de 2015, el hotel veía una luz al comenzar una rehabilitación que ahora hace aguas. Ante la peligrosidad de las ruinas, y después de que paralizaran los trabajos para devolver a la vida el edificio, la empresa pidió a Costas y al Ayuntamiento permiso para tirar abajo la estructura antigua por motivos de seguridad.
Sin embargo, cuando en mayo obtuvieron la licencia municipal, tras haber recibido ya la del Gobierno central, a la firma todavía le hacía falta la luz verde del Consell para desmantelar el fibrocemento que se extiende por el viejo inmueble. Llegaba julio y agosto, época en la que el Ayuntamiento prohíbe hacer obras de demolición en Arenales para no perjudicar a la población en plena temporada estival, y el esqueleto del hotel permaneció levantado. No obstante, el Consistorio se encargó de reparar de forma subsidiaria el socavón abierto junto al inmueble, por las quejas generadas en el enclave costero.
En septiembre, según aseguró ayer el edil de Urbanismo, José Manuel Sánchez, la firma ya obtuvo la autorización para el protocolo del amianto, después de haber tenido que subsanar deficiencias, detectadas por la Administración autonómica, en el proyecto que había presentado la mercantil.
Sin embargo, a día de hoy, las ruinas del hotel continúan en punto muerto. Desde el Ejecutivo local, desde donde en los últimos meses llevan exigiendo a la firma el derribo urgente del edificio, destacaron que la vigencia de la licencia de demolición tiene seis meses. Desde la firma todavía no han concretado cuándo tienen previsto demoler las ruinas y si influirá ahora el nuevo proceso judicial.
