La pinada de La Marina tendrá un plan de sustitución del arbolado y de reforestación de 1,3 millones de euros. El Consell retirará los pinos secos y los débiles, además de las especies invasoras del paraje natural para, posteriormente replantar especies autóctonas.

Así lo han anunciado el concejal de Medio Ambiente, Antonio García y la edil de Turismo, Mireia Mollà, esta mañana. Ambos han destacado la importancia de este proyecto integral al tratarse del "primero que se pone en marcha de estas características". La administración autonómica está acabando de elaborar el proyecto y la previsión es que comience con la actuaciones a finales de 2018. El plazo de ejecución será de tres años y también afectará a la pinada de Guardamar.

El concejal de Medio Ambiente ha destacado que el problema de este entorno natural no solo se debe a la falta de un mantenimiento en la última década, sino también a la falta de agua que ha secado los pinos. En concreto, ha estimado que un 10% de los ejemplares serán sustituidos. Por ello, se replantarán pinos en zonas de fácil acceso para el riego, como son los espacios más cercanos a los caminos. En el resto de zonas se optará por arbustos mediterráneos.

Por su parte, Mollà ha señalado que "hicimos una llamada ante la necesidad de actuar en esta zona donde hay un problema evidente y esta actuación va a cambiar el enclave de la pinada y pensar en el futuro de la misma".

Al margen de esta iniciativa, Compromís también propuso que la futura contrata de limpieza pueda incorporar una actuación anual en la pinada de La Marina, con el visto bueno del Consell.

Castigada

La maleza se extiende por una buena parte de los rincones de este territorio, cuyo mantenimiento depende del Consell, y las ramas secas de las palmeras se amontonan a la espera de ser retiradas. Junto a este panorama, los pinos muertos han comenzado a extenderse.

El problema no es nuevo. Viene de lejos. Sin embargo, los vecinos de la pedanía y los veraneantes que frecuentan la zona han advertido durante este verano cómo este entorno se degrada por momentos. No solo los restos de poda amenazan la pinada, sino que también la basura acumulada durante todo el año castiga el enclave y eleva el riesgo de incendio en los puntos más degradados.

Este mismo verano, a nivel particular y de forma voluntaria, una treintena de personas recogieron 400 kilos de residuos y enseres como colchones, piezas de vehículos, sombrillas de playa, papeles y cristales, en una actividad organizada por el Partido de Elche. Una iniciativa con la que el grupo integrado en el Ejecutivo local ponía de manifiesto la necesidad de un mayor cuidado y mantenimiento de este paraje natural de gran valor ecológico.