Un pregón que inculca y muestra los valores del trato especial al calzado en la localidad ilicitana. La Fiesta de San Crispín, patrón de los zapateros, tuvo ayer uno de los días más destacados. El manifiesto que daba comienzo, de manera oficial, a esta celebración lo realizó Manuel Román Ibáñez, presidente de la Asociación Española de Empresas de Componentes del Calzado. En él apuntó a que «si estamos todos cogidos de la mano para afrontar el futuro, San Crispín sonreirá y, si lo hace, Elche seguirá siendo una de las ciudades más importantes de España en cuanto a fabricación se refiere». El pregonero fue aclamado por todos los asistentes tras su discurso, que elevó los valores del calzado ilicitano y su adaptación a las nuevas tecnologías. De hecho, aunque el sector ha perdido fuelle en los últimos años se preguntó «¿cómo sería San Crispín en el siglo XXI, en la era digital? Sin duda seguiría siendo zapatero o de cualquier otro oficio de este sector. La grandeza de San Crispín estriba en que con su trabajo y a través de él creaba riqueza espiritual y también material».

Junto a este acontecimiento, también se realizaron previamente dos actos. En primer lugar, la ofrenda de flores, con un recorrido desde la Plaza de Barcelona hasta la parroquia Madre de Dios. Posteriormente, con la llegada a la iglesia dio comienzo el tercer y último triduo de esta semana de festividad, a cargo del Reverendo José Moya Payá, vicario de la Basílica de Santa María.

Sin embargo, las Fiestas de San Crispín todavía no han terminado. Tras la estupenda velada de ayer, hoy es el momento más álgido de este santo: su romería. La tradicional romería, que va desde la parroquia Madre de Dios hasta la ermita de San Crispín. La Asociación de Vecinos Toscar reparte cañas, tanto a mayores como niños, para acompañar al santo durante el recorrido. Cada año participa más gente, que acaba con un mercado junto a la ermita donde pasar un buen rato con la familia y amigos, ya sea para almorzar o comprar algún detallito. Asimismo, una vez que la imagen de San Crispín entre a la ermita, se van a ofrecer los típicos calendarios y chinchetas. En este sentido, el día acaba con la paella gigante, que tendrá lugar a las 14 horas,bajo inscripción de tres euros.