Tres meses es el plazo que ha dado el juzgado al Ayuntamiento de Elche para tomar medidas que frenen el ruido en el área de pubs del centro al considerarla una zona acústicamente saturada. En concreto, las calles donde el Ejecutivo local tendrá que actuar son: Maestro Albéniz, San Vicente, San Agatángelo, San Francisco Javier, Puerta de Alicante y Passeig de les Eres de Santa Llúcia.

La resolución del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Elche expone que la acumulación de establecimientos de ocio nocturno abiertos hasta altas horas de la madrugada da lugar a una saturación acústica que rebasa «los niveles sonoros de recepción al exterior hasta superar con exceso los 65 decibelios permitido por la ley, fundamentalmente los fines de semana y vísperas de festivos».

Sin embargo, la sentencia no es firme por lo que el Ayuntamiento todavía tiene de plazo hasta la próxima semana para recurrir y tratar de revertir el fallo del juez. Haga lo que haga el tripartito, la abogada de la Asociación de Afectados por el Ruido de Elche, Manuela Navarro, ha asegurado que pedirá responsabilidades patrimoniales al Ejecutivo local y la ejecución provisional de la sentencia para amortiguar el exceso de ruido que denuncian los vecinos en este enclave del centro. Una de las propuestas que ponen sobre la mesa es reducir el horario del cierre de los pubs de las cuatro a la una de la madrugada. También piden que el Ayuntamiento prohíba, al igual que como ha ocurrido en Alicante, la apertura de nuevos establecimientos en esta zona acústicamente saturada.

Para esta resolución, el magistrado ha tenido en cuenta un estudio encargado en el año 2013 con varias sonometrías realizadas desde dos viviendas, cuando no estaban instaladas las terrazas, en la misma proporción que ahora hay colocadas. Todo este proceso se ha dilatado durante cuatro años y medio. El colectivo de afectados apunta que uno de los inconvenientes encontrados ha sido el constante cambio de los nombres de los pubs en todo este tiempo.

Asimismo, los afectados lamentan que durante este tiempo no se ha aplicado el Plan Acústico Municipal, con sus consecuencias negativas para los vecinos de la zona. Por ello, lo que piden es «voluntad política» para que el Ayuntamiento cumpla con la ley. Desde la asociación incidieron en la importancia de no sobrepasar los niveles permitidos: 45 decibelios de noche y 55 de día.

Ahora, habrá que esperar si los vecinos logran ganar el pulso al Ayuntamiento o, de lo contrario, se ven obligado a continuar peleando en los juzgados.