Bronca en el tripartito por el Mercado Central. La autorización municipal del vallado para que la empresa adjudicataria pueda comenzar con las catas arqueológicas en el perímetro del inmueble se transformó ayer en la punta del iceberg, que hizo que Compromís marcara distancias con el PSOE. Sin ningún tipo de rodeo, la portavoz de Compromís, Mireia Mollà, acusó a sus socios de «opacidad» y de «falta de lealtad» por las formas empleadas para dar el visto bueno al cercado del inmueble de abastos.

Que Compromís muestre públicamente sus diferencias con el PSOE por el Mercado Central no es algo nuevo. Tampoco lo es que la comunicación no sea del todo fluida en el tripartito respecto a este conflicto. Sin embargo, el trámite que ayer debía aprobarse hizo estallar a los de Mireia Mollà, y así lo escenificaron.

Comenzaba la junta de gobierno local y el expediente para autorizar el vallado del inmueble llegaba a la reunión entre los socios de gobierno. En ese momento, se daban por enterados del contenido del trámite los concejales de Compromís, según denunciaron. Algo que también ocurrió con la mayoría del resto de los ediles, tal y como defendieron después desde las filas socialistas.

El alcalde, Carlos González, ya había anunciado que sería así en el debate del estado de la ciudad del martes y finalmente, de ese modo ocurrió, aunque se cuestionaran las formas. Socialistas y Partido de Elche lo aprobaron y Compromís, tal y como hacen en todo lo que se refiere al avance de proyecto del nuevo Mercado, votaron en contra. Pese a que esta vez el trámite no era de los más polémicos que ha traído consigo todo este largo proceso, ayer se montó un nuevo lío. De «desagradable» tachó Mollà las maneras con las que se encontraron con este punto fuera del orden del día de la junta de gobierno, al considerar que su grupo no había tenido tiempo de estudiar el expediente, al que normalmente pueden acceder con 24 horas de antelación, según Mollà. Así lo hacía después de que el segundo portavoz de la junta de gobierno, Antonio García, decidiera trasladar la palabra a la líder de su partido fuera de la comparecencia en la que en ese momento, como viene siendo habitual cada viernes, estaba delante la portavoz socialista Patricia Macià.

A las puertas del Ayuntamiento, Mollà, acompañada de los ediles de su grupo, evidenciaba su malestar con los socialistas, a los que llegó a comparar con el Partido Popular. «Tener la tentativa de usar las formas que tuvieron equipos de gobierno como el del PP con un tema como éste, que fue atado sin consenso y con oscurantismo, a nosotros nos preocupa y queremos que se vuelva a la normalidad a pesar de la discrepancia», advirtió la portavoz. Los de Compromís cuestionaron las prisas que se han dados sus socios para aprobar el vallado con el que podrán comenzar las catas arqueológicas a partir de la semana que viene.

Frente a ese arrebato evidenciado ayer en el Ayuntamiento, Mireia Mollà rechazaba que el pacto de gobierno pueda peligrar en este momento, «a menos que el PSOE siga con esa actitud de manera persistente». Lanzaban de esta manera un mensaje a sus socios de gobierno. Sea como sea, la tensión entre las dos principales formaciones políticas del Ejecutivo local pudo verse ayer muy de lejos. Otra cosa será lo que ocurra de ahora en adelante.

Las excavaciones

El plazo estimado por Aparcisa para realizar las catas arqueológicas, tal y como señalaron ayer desde el Ayuntamiento, es de tres meses aproximadamente. Primero, se comenzará con los trabajos en la zona 1. En este caso, el vallado rodeará, según aseguraron desde el Ayuntamiento, todo el perímetro del edificio de abastos sin incluir los Baños Árabes y dividirá la plaza de las Flores por la mitad, con lo que el cercado se colocará entre los dos kioscos que eran utilizados para la venta de flores. La ocupación de este punto se debe, según argumentaron, a la necesidad de contar con un espacio para los contenedores de tierra.

Una vez concluidas las catas en esta fase, se trasladarán a la zona 2, en la calle Ànimes por su cercanía a la entrada al aparcamiento subterráneo.

Desde el PSOE aseguraron también que el vallado será transparente y permitirá la visión desde el exterior, por lo que, de momento, no está barajado la colocación de cámaras de seguridad para grabar los trabajos arqueológicos como reclamaron colectivos como Salvem el Mercat.

Tras finalizar las excavaciones, la Conselleria de Cultura y Patrimonio será la encargada de valorar si los restos hallados en el subsuelo tienen suficiente valor como para ser protegidos, y, por lo tanto, para paralizar el proyecto del Mercado Central con el que se pretende derribar el edificio, y construir uno nuevo, además de un aparcamiento subterráneo. Este nuevo paso adelante surge después de que en junio el Consell dictaminara que los hallazgos del interior del inmueble de abastos carecían de interés para su conservación.