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Carlos Jiménez Piernas: «El Gobierno debería haber activado el artículo 155 en septiembre para evitar el referéndum»

El profesor de la Universidad de Alcalá afirma que la medida se habría de haber tomado antes «para evitar el referéndum»

Carlos Jiménez Piernas: «El Gobierno debería haber activado el artículo 155 en septiembre para evitar el referéndum»

El Gobierno está actuando con retraso en Cataluña para el catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Alcalá Carlos Jiménez Piernas, que ayer participó en el VII Curso sobre Seguridad y Defensa «Afrontar los retos para la seguridad nacional potenciando alianzas: El papel de España en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales», organizado en la Universidad Miguel Hernández. El catedrático abordó ante los estudiantes las estrategias globales de seguridad, en un momento en el que la imagen de España está en entredicho en la Unión Europea.

¿Cómo diría que se trabaja en Europa en materia de seguridad en estos momentos?

En 2016 se presentó un nuevo documento en materia de seguridad y defensa, que son dos aspectos fundamentales para Europa de cara al exterior. Pretende sentar las bases de cuáles deben ser la directrices estratégicas en materia de defensa. La política exterior en defensa es una recién llegada. Las comunidades europeas que se crean en los cincuenta no tenían previsto ocuparse de este tema. Es a partir de los años ochenta cuando empieza a desarrollarse el embrión de lo que hoy es la política exterior en materia de defensa. El proceso de integración ha ido evolucionando, llegó un momento en el que se planteó la conveniencia de avanzar en este tipo de política. El Estado se fundamenta en la defensa, la política exterior y la administración de justicia y penitenciaria. Hemos avanzado desde hace dos décadas en defensa, pero es complicado.

¿Por qué es complicado?

Porque se trata de competencias de los estados, y ceder competencias ha costado mucho. Se han hecho cosas, pero queda un largo trecho por recorrer. Es un problema de tiempo y de cultura política. Los Estados miembro tendrán que poner común la política exterior y de defensa.

¿En qué posición considera que está España?

España no es Francia ni Alemania. Estamos con Italia, ahora que se marcha Reino Unido, entre los países fuertes que necesitan a su lado Alemania y Francia, para crear un núcleo duro que lidere el proceso de integración.

¿El desafío catalán resta peso a España en el exterior?

No es una buena señal, y resulta desesperanzador y desmotivador lo que nos está pasando como país. Volvemos a ser objeto de atención, cuando yo creía que eso lo habíamos superado hace cuarenta años.

¿Qué coste va a tener?

Esto tiene un coste en cuanto a imagen. Los estados principales de la Unión Europea quieren que el problema se resuelva satisfactoriamente garantizando la unidad territorial y que España pueda contribuir a mantener la unión, como parecía que íbamos a hacer a raíz de la mejora de la economía. La imagen de España se está dañando cuando iba a estar junto a Francia y Alemania en Europa.

¿Cuál es su posición respecto a la crisis catalana?

Yo formo parte del pronunciamiento de más de 400 profesores en el sentido de que no había causas, en virtud del Derecho Internacional, para proclamar ninguna clase de independencia. Pero una cosa es el Derecho y luego está la política, y a veces la política y el Derecho se llevan mal. Cuando las respuestas que da el Derecho no interesan entramos en otro escenario.

¿Esta satisfecho con la actuación del sistema judicial?

No creo que la Administración de Justicia en España esté mediatizada en este asunto, ni que haya alguna clase de conspiración en contra de determinadas personas o partidos políticos. Otra cosa es lo que se venda desde la propaganda política. Tenemos una Justicia independiente que, igual que puede llevar a la cárcel a la cúpula directiva de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, por qué no va a llevar a prisión provisional a líderes de movimientos que hayan podido actuar fuera de la ley. Como jurista esto no me plantea ningún problema.

¿Y el Gobierno? ¿Está actuando correctamente?

El Gobierno tenía que haber actuado antes, cuando el 6 y 7 de septiembre se produjo la aprobación, de mala manera, de las leyes del referéndum y de transitoriedad, que fue una especie de golpe de Estado. Ahí debería haber sido el momento de actuar y aplicar el artículo 155. Pero lo digo como jurista, siendo consciente de que en el exterior esas sesiones en el Parlament causaron estupor. Era el momento de poner en marcha el 155 y haber evitado así la jornada del referéndum del 1 de octubre

¿Qué le gustaría a usted que pasase a continuación?

Lo ideal es que Puigdemont convocara elecciones autonómicas. Evitaría la intervención, y salvaría su posición, que es delicada dadas las circunstancias. Pero eso sería una derrota política inasumible para las fuerzas más independentistas, como es el caso de la CUP. Pero si eso no ocurre se tendría que aplicar el 155.

Este conflicto ha hecho resurgir un sentimiento de patriotismo. ¿Qué le parece?

Es algo que suele ocurrir cuando se dan determinadas situaciones. Ya sea porque España gane el Mundial de fútbol o porque desde una parte del territorio se hace ver un sentimiento de desafección, desapego, desprecio, o de insulto a la bandera que en otra parte genera otro tipo de reacción. No es malo un sano patriotismo constitucional. Yo a esto me apunto. Tenemos una Constitución que no es una maravilla, pero no conozco ningún paraíso terrenal. La nuestra es una Constitución evidentemente avejentada que convendría reformar.

¿Es partidario de reformar ahora la Constitución?

Se tendría que haber hecho antes. En torno a la Constitución Española ha habido actitudes poco inteligentes y razonables que han llevado a que el tema de las reformas no se aborde. Incluso durante la crisis económica hubiese sido positivo plantear la reforma, cuando el PP tenía mayoría absoluta. Haberlo planteado en un momento de grandes dificultades, en el que podría haber resultado hasta ilusionante. Se hubiese lanzado otro mensaje a la sociedad. Hay que reformarla, pero no vinculándola sólo al problema territorial.

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