El conflicto con el hotel de Arenales fue otro de los clásicos que ayer nutrió el debate entre Gobierno y el Partido Popular. Fue Mercedes Alonso la que culpó al tripartito por «dejar morir a la pedanía de Arenales», que esperaba la reconstrucción del hotel. Ahora, el edificio en ruinas continúa siendo una estampa permanente en primera línea de playa, a la espera de ser derribado, tras la paralización de las obras que buscaban devolver a la vida el inmueble. Tanto el PSOE como Compromís se abalanzaron contra el PP por este tema y argumentaron que la firma incumplió las exigencias de Costas y fue el Gobierno central el que detuvo los trabajos. La promesa que la exalcaldesa realizó anunciando su reunión con el Ministerio para desbloquear la situación del complejo volvió a ser cuestionada desde el tripartito.