Juan Durá tiene 96 años y, desde que alcanzan sus recuerdos, toda su vida ha estado dedicada al Camp d'Elx, por eso, ayer, durante la jornada de clausura de La Fireta, se le hizo entrega del premio Antonio Valero 2017, una distinción que persigue reconocer el esfuerzo y la dedicación de los agricultores ilicitanos. Durá, conocido como el «tío Juanico», es el pequeño de nueve hermanos y hermanas. Ha vivido toda su vida en la pedanía ilicitana de Perleta, donde se ha dedicado a actividades agrícolas. Uno de sus tres hijos, Juan, fue el encargado ayer de poner sobre la mesa el amplio currículum de su padre, que le hizo merecedor de este galardón promovido por la Comunidad de Labradores y Ganaderos de Elche.

Una trayectoria cargada por «la estima por la tierra y por todo aquello que produce la naturaleza», señaló Joan Durá. La de ayer fue una jornada cargada de recuerdos, pues sus hijos realizaron una selección de las mejores fotografías de su vida y obra en el campo, que se expuso durante la entrega del premio.

Como en muchos casos de relevo generación en el Camp d'Elx, sus hijos no han seguidos sus pasos. Aun así, gracias a su trabajo, tanto ellos como sus seis nietos y tres biznietos, su legado les ha servido para «respetar y estimar todo aquello que produce la tierra», señaló su hijo».

El premio Antonio Valero tomó el nombre del que fue presidente de la Comunidad de Labradores y Ganaderos de Elche tras su repentino fallecimiento en el 2015, como homenaje a la distinción de Agricultor Mayor que él mismo creó en la primera edición de La Fireta. El resto de la jornada sirvió para continuar con los talleres, actividades y degustaciones de productos del campo ilicitano, y para cerrar el evento.

En este sentido, también se entregó el premio a la «granada ideal», aquella que por su imagen, color y tamaño mejor representa a la Denominación de Origen, y que recayó en el agricultor Vicente Miralles de la pedanía de Asprillas. Un galardón reconocido con 100 euros.